Isabel Allende de mi corazón

Una de nuestras queridas Fridas decide escribirle una carta de agradecimiento a Isabel Allende

Carta de agradecimiento a Isabel Allende
Ilustración de Mitucami Mituca

Precisamente hoy, mientras esperaba a ese amor que hace vibrar mi corazón (entre otras cosas…), leía «Paula», escrito por Isabel Allende, justamente en el apartado en donde narra su experiencia en la colaboración en una revista feminista, en su país natal: Chile.

Durante mi lectura, pasaba por mi mente las imágenes de Isabel viviendo esas experiencias, a la vez sus palabras tocaban esos sueños que están ahí esperando a acomodarse para que se concreten en hechos, uno de esos sueños: escribir, compartir ideas, opiniones, historias femeninas que logren tocar las vidas de seres con hambre de crecimiento; fue entonces cuando vino a mi mente: “Kahlo”; proyecto que en distintas ocasiones me ha recordado que no soy la única que es de otro plantea, que tiene ideas distintas y que desea un mundo para sí misma fuera de lo convencional, entonces identifico el tema del mes: Literatura ¡Que mejor momento para compartir lo que Isabel me hace sentir a través de sus palabras!

Isabel Allende, proviene de una familia chilena fuerte, elegante, llena de historias mágicas y pasionales, historias fuertes y que marcan el pensamiento de quien la lee. Algunas obras creadas y magnificadas de la historia de vida de las personas que han estado a su alrededor, en otras obras sus experiencias de vida, pero en todas y cada una sin duda, ese sello que la hace ser única como escritora: lealtad y amor al crecimiento universal femenino. Isabel trasciende a través de mensajes que dan motivos para luchar porque nuestra mujer salvaje viva, resurja y se deshaga de todo introyecto que la ha mantenido oculta, que mantiene ocultos pechos y nalgas de mujer, el amor pasional y visceral que solo una mujer salvaje es capaz de sentir.

El año pasado, me atreví a escribir a un correo que encontré en la página oficial de Isabel, tenía muchas ganas de contarle como me sentía al leer sus libros, dentro de mi esperaba que Isabel me leyera y esto surgió…

Isabel:

Empecé a leer tus libros desde aproximadamente el año 2002: «De amor y de sombra», regalo de mi primer novio formal (el primero que le presente a mis padres), después una amiga me presto «Hija de la fortuna»… Confieso, tus novelas me las devoro. Son capaces de transportarme y colocarme al lado de cada personaje, sentir lo que ellos están sintiendo, estar dentro de cada escenario en donde se desarrolla la historia… pienso que ese es el objetivo de un escritor ¿no?.  Deje de leerte e incluso de interesarme por la lectura, distraída por la rutina que la sociedad marca para las señoritas como yo, distraída por las fantasías de la juventud, por el amor de telenovela que pensaba era lo más importante encontrar… pero siempre estuvo presente en mi esa mujer salvaje  que me movía de los lugares y de las personas que no nutrían mi ser. Y empezó a llegar a mí una serie de libros, artículos, autoras feministas, psicólogas y psicoterapeutas, temas de psicoterapia relacionados a lo mismo: crecimiento femenino, psicología femenina, fue entonces cuando en casa de mis padres me topé con otro libro tuyo: «La suma de los días»; leer toda tu historia, imaginar todo lo que has vivido, me lleno de inspiración y sobre todo de esperanza, esperanza de que estoy en el camino correcto, en MI CAMINO, no el que espera la sociedad que recorra… es MI PROPIO TRAZO, MI PROPIO RECORRIDO. Después llego a mi «Afrodita» y aún más enamorada de tu estilo de escribir, de tu forma de pensar, mi admiración creció más (ya tengo una lista de recetas, juegos y demás cositas picaras que hacer con mi amado). A la par me sigo documentando en temas relacionados con la psicología y liberación femenina, con el retorno a lo femenino, con la conexión con la naturaleza y el universo desde esta que soy: una mujer. 

Hay un común denominador en todas las mujeres de este planeta: todas buscamos el amor, sin embargo nunca nos enseñaron que el primer amor es el amor propio, ese amor que día a día tendremos que cultivar, tendremos que mimar y poner bello con todas las herramientas que la vida nos ha dado. Isabel ha sido una herramienta que la vida me ha puesto en el camino…

Carolina Aguayo Beltrán (32), México
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