Elo le pone pegas al porno convencional y se pregunta dónde queda el sexo real.
Es difícil encontrar una película porno que parezca real. Obviamente, estamos ante un producto de ficción, pero su consumo puede influir en el comportamiento sexual de mucha gente. El sexo sigue siendo un tema tabú en un montón de casas, así que la mayoría de los jóvenes empiezan a descubrir el sexo con la pornografía.
No pretendo ir de mojigata por la vida y condenar las maldades del porno, ni mucho menos. Creo que cada persona es libre de disfrutar de su sexualidad como prefiera, y es absolutamente lícito divertirse con la pornografía. Es más, el mito de que las mujeres no consumimos pornografía y que no nos excita, es una generalización injusta.
En realidad creo que el problema es que, en su gran mayoría, las películas X no ofrecen una visión natural del sexo; puede excitarnos ver algunas cosas en una película, pero no quiere decir que quisiéramos hacerlas en la vida real. Cuando hablo con mis amigas o pienso en las cosas que yo misma hago en mi dormitorio, rara vez se parecen a lo que presenciamos en el porno. De entrada, no condeno ninguna práctica sexual, por supuesto. Cada cual es libre de hacer lo que quiera, y todo es válido siempre y cuando se haga por propia voluntad. Pero me preocupa mucho que el porno sea la única vía que muchas personas tienen para aprender sobre sexo.
Los actores que aparecen son, por lo general, muy artificiales. Ellos tienen grandes músculos y aún más grandes miembros; y ellas tienen pechos enormes, cinturas de avispa y carnosos labios. Pero la realidad es muy distinta. Los chicos tienen penes normales, nosotras tenemos celulitis, es difícil mantener un depilado perfecto… ¿Hace esto que el sexo sea peor? Por supuesto que no, podemos disfrutar igualmente de él. No debemos dejar que nuestras imperfecciones nos frenen a la hora de abandonarnos al placer. Mi experiencia me dice que muchas veces lo de menos es nuestro cuerpo. Por ejemplo, nos obsesionamos mucho con la depilación -especialmente viendo el perfecto rasurado que exhiben muchas pornstars-, pero cuando estaba con mi novio y yo no quería tener sexo porque no estaba depilada y me daba vergüenza, él nunca le daba demasiada importancia. He podido comprobar que a muchas amigas les ha pasado igual, y cuando hablo con algunos chicos sobre este tema, suelen decir que es algo que no les molesta.
También creo que muchas de las prácticas que vemos en las películas porno no se ajustan demasiado a las prácticas habituales que podemos tener. Por norma general no somos acróbatas de circo, e intentar llevar a cabo algunas cosas puede ser complicado, y finalmente hacer que nos sintamos frustradas por no conseguirlo. No podemos olvidar que lo que estamos viendo es ficcional, y que no pasa nada si no eres capaz de hacerlo. Seguro que puedes hacer otras muchas cosas, igualmente placenteras, y sentirte bien contigo misma. Por ejemplo, algunos estudios dicen que la mayoría de las mujeres no encuentran el sexo anal como algo atrayente; pero un 55’9% de las escenas de pornografía contienen prácticas de este tipo¹. De este modo podemos comprobar que la pornografía no refleja muchas veces la realidad, y que es probable que los espectadores busquen escenas en las que las mujeres participen en actos a los que probablemente no accederían en la vida real. Ojo, insisto en que esto no quiere decir que no haya chicas que disfruten con el sexo anal, o con otras cosas. ¡Claro que las hay! Y es muy válido. Pero quizás no sea lo habitual.
Además, en la pornografía se llevan a cabo muchas prácticas que pueden resultar abusivas e incluso denigrantes. En The Equality Illusion, Kat Banyard explica que un 89% de las escenas pornográficas contienen actos agresivos, y un 94% de estas agresiones van dirigidas a mujeres. La respuesta de ellas, además, era neutral o placentera en un 95% de los casos. Si prácticas de este tipo se hacen de mutuo acuerdo, es perfecto. Si tu pareja te propone algo con lo que no estás a gusto, no tienes por qué hacerlo. No eres una estrella del porno ni tienes que hacer nada que no quieras. Una relación debe basarse en el respeto mutuo y en la comunicación ante todo; tú, y sólo tú, marcas los límites.
Otra de las cosas que me resulta muy artificial de las películas X es la facilidad que tienen las actrices para llegar al orgasmo, y además con una estimulación bastante pobre en general de sus zonas erógenas. Yo no sé vosotras, pero a mí me encanta el jugueteo previo, las caricias, los mordiscos… Creo que son fundamentales para conocer a tu pareja, y conocer tu cuerpo, aprender qué nos gusta y qué no. Y no centro el sexo simplemente en la penetración. En cambio, estamos acostumbradas a ver cómo la pornografía se centra mucho en ella, como si fuera la única práctica que podemos hacer. Además, las actrices porno gritan y gimen continuamente, y da la impresión de que si no lo hacemos, no estamos disfrutando. Parece que tengamos la obligación de expresarnos así, pero cada persona es un mundo, y el no dar alaridos de placer no significa que no nos lo estemos pasando bien. Con un poco de comunicación, y no teniendo miedo a hablar, puedes saber si tu pareja disfruta con lo que haces, aunque no gima con una locura animal.
Hay una nueva corriente de cineastas que intentan hacer un porno diferente. Erika Lust, una sueca afincada en Barcelona, hace películas X, según ella, para mujeres. Erika se basa en el hecho de que la mayoría de escenas sexuales del porno convencional están diseñadas para excitar a un público eminentemente masculino. Sin embargo, considero que en realidad la única diferencia entre sus películas y otras, es que tienen una calidad visual mejor, pero la artificialidad y los cuerpos perfectos de sus actores siguen a la orden del día en sus filmes. Algunos movimientos en internet como I feel myself o Beutiful agony intentan mostrar un sexo más natural, pero sigue siendo muy difícil encontrar a chicas que no sean delgadas y monas, y es difícil encontrar a mujeres más mayores. De nuevo se da una imagen que se aleja del sexo real y natural. Cindy Gallop, una publicista norteamericana, dijo en una ocasión que , y creo que lleva toda la razón. El porno no debería ser la herramienta que tenemos para nuestra educación sexual, porque puede crearnos unas expectativas que no se van a cumplir en la realidad, además de ciertos comportamientos dañinos. Además, Gallop ha llevado a cabo una iniciativa, Make love, not porn, en la que la gente aporta sus ideas sobre las diferencias que hay entre las películas X y el sexo real.
Creo que un porno más natural podría ayudar a que nos sintiéramos más reflejadas o a que nos quitáramos de encima muchos complejos. Ayudaría a que mucha gente joven no se enfrentara al sexo con ciertas expectativas, y así no tendrían miedo a defraudar o no dar la talla. Y, sobre todo, creo que nos excitaría aún más, que, al fin y al cabo, es de lo que se trata.
Eloísa
¹ Banyard, K. (2010), The Equality Illusion, London, Faber and Faber.
12 Comentarios
Es interesante como descubrimos nuestra sexualidad y mas aun, como eso influye en nuestro comportamiento al momento de intimar. Pero para mi el porno ha sido una herramienta de aprendizaje y no creo que este mal, simplemente que llegas a un punto en donde dejas de buscar porno por morbo y/o placer, y ahora en vez de excitarte desbocadamente, simplemente lo analizas… es extraño pero soy experto en porno! Y eso se refleja a la hora de hacerlo; en lo particular, me da mas creatividad o una especie de tips para ponerlos en practica con mi pareja, yo soy quien propone y al final analizamos que estuvo padre y nos gustaría repetir. Para mi el porno funciono bien, no que lo consuma cuando lo hago, o que imagine a las chicas voluptuosas mientras cierro los ojos, sinceramente disfruto el sexo con mi pareja y respeto sus limites, pero creo que en la sexualidad como en todo, la madurez con la que tomes las cosas influirá determinantemente en el resultado de las mismas!
¡Hola, Ulises!
Sí, es cierto que el porno puede dar ideas para llevar a cabo en la cama, y eso es estupendo; pero si piensas en un chaval o chavala que no tenga ningún tipo de experiencia con el sexo y cuya única formación venga del porno, quizá lleve a cabo prácticas con las que su pareja no esté de acuerdo o no sea capaz de hacerlo, lo que puede resultar muy frustrante. Como tú dices, la madurez influye de una manera determinante, por eso me preocupa que sea el porno la única educación sexual que haya en la adolescencia.
Buen post. La verdad es que me preocupa un poco que ahora con la expansión de Internet todo el mundo tiene acceso a ese tipo de porno, incluso los niños o.O
Y también independientemente de que me ponga más o menos también me preocupa todo lo que hay detrás de esa industria y lo mal que trata a las actrices.
Un saludo.
Buff, la verdad es que si te pones a leer los pocos estudios que hay sobre la salud física y psicológica de las (ex)actrices porno, te quedas horrorizada. A veces la línea entre la actuación libre y consentida y el proxenetismo es muy fina. Lo mismo ocurre con el maltrato físico y la humillación… Es muy heavy. Es importante saber a qué tipo de prácticas estamos contribuyendo con cada «click» que damos en una página de porno. Gracias por tu comentario, Lentes Rosas. 🙂
Hay otras alternativas al porno convencional y a Erika Lust.
Irina Vega es pionera en porno alternativo, con otra visión, otros actores y actrices, otro estilo, otra estética…
Su web altporn4u.com
Os invito a conocerla!
Muy buena tema, en mi opinion el porno es para hombres y para mujeres, pero no todos somos iguales tanto femenino como masculinos, y hay gente que no les gusta la misma clase de sexo….Hay porno para todos, desde sexo duro hasta sexo mas delicado . Yo conosco las peliculas de Erika Lust y son buenas, a veces fijarse mucho en el prototipo de cuerpos es un minimo detalle, el fin del porno es el placer, el cuerpo es el detalle para que te provoque excitacion, hay paginas porno de peliculas caseras donde sale de todo tipo sexo y gente comun, en mi opinion prefiero gente que se dedique a eso, me excita mas un «pornostar» que ver a mi vecino «teniendo sexo»… Hay peliculas que son extremadamente machista, donde sale el tipo feo y la chica bonita con mil mamadas y sexo duro, pero tambien hay peliculas feminista y muy recomendables para gente que no les gusta el sexo machista. tambien esta la porno imagen donde son fotos sutiles tambien es una forma de estimulacion… Hay diferente y muchoooo porno en el web es cosa de atreverse y ver cual es el que mas les gusta…
¡Gracias por tu comentario! Es cierto que hay diferentes tipos de pornografía, pero la que más sobresale y a la que más fácil acceso se suele tener es a la pornografía clásica, que, en general, reproduce los patrones que comentaba en mi texto. Me parece importante no promover desde la industria pornográfica actitudes machistas o denigrantes hacia la mujer. Creo también que el hecho de los prototipos del cuerpo sí es importante, porque da una imagen sesgada de la realidad y fomenta que la belleza sólo tiene una forma. Por supuesto es lícito que tú disfrutes de ello, ¡faltaría más!, pero a mí personalmente no me convence. De nuevo, gracias por tu aportación.
Hola! Yo veo muy interesantes vuestros comentarios, concuerdo con que el porno está hecho para hombres y, para mí, desde una visión machista: las mujeres suelen aparecer más pasivas que los hombres, parece que estén puestas ahí para satisfacerlos, no hay video donde no haya sexo oral a los hombres pero sí muchos donde no lo hay a las mujeres y está casi todo centrado en la penetración y las «mamadas» a los hombres que no son precisamente las prácticas sexuales que más excitan a las mujeres, es decir, todo centrado en el pene (¡todo esto en general claro!). Por eso quería comentar también que no caigamos en decir que a los hombres les gustan unas cosas y a las mujeres otras porque sí, porque somos diferentes. Yo creo que habrá hombres que también se cuestionen estas cosas y que no les guste este tipo de porno. Hasta donde yo sé, un amigo me comentaba que también el porno que más le gusta es el amateur porque le parece el más natural. ¡Diversos somos pero homogeneos también! Y el porno contribuye más a esto último, creo. ¡Ah! ¡Y una entrada súper interesante!
¡Hola Ana! Estoy de acuerdo contigo en que la visión del porno suele ser bastante machista y las mujeres parecen estar ahí sólo para satisfacer los deseos del hombre, pero su satisfacción no importa. Y claro que no a todos los hombres les gustará ni a todas las mujeres les disgustará. Es más, puede que algo nos excite mucho pero jamás lo llevaríamos a cabo en la vida real. Los caminos del deseo son muy complicados… Me alegro de que te gustara la entrada, un saludo!
Yo tengo un matiz a tu visión… creo que el porno no nos excita (tanto) a las mujeres, sencillamente, porque no somos el target del 99% de las pelis porno. Están hechas POR y PARA hombres. Aparecen las escenas, las imágenes y las situaciones eróticas que les excitan a ELLOS.
Yo veo a una de esas actrices encima de una lavadora y solo puedo pensar: qué incómodo, y encima con tacones de aguja. Ni esos hombres ni esas mujeres están pensados para nosotras. Ni siquiera el encuadre de la cámara: esas imágenes en plan «national geografic», primer plano de pene entrando en vagina… pues eso les pone a ellos, pero a nosotras nos ponen otras imágenes diferentes, otras situaciones, otro tipo de planos, otra música incluso (por dios, ese chunda, chunda,chunda sintético saca de quicio). A mí me pone ver la cara de los hombres cuando disfrutan, cosa que en las pelis porno habituales (masculinas) apenas se aprecia, me ponen los planos en los que se ve el cuerpo entero o casi entero, me ponen los gemidos masculinos (tapados en las pelis porno clásicas por los femeninos estridentes e inacabables) y, sí, como guinda del pastel, un poco de naturalidad y realismo. La verdad es que cuando ves una película porno hecha pensando en las mujeres, como las de Erika Lust, realmente se nota la diferencia.
Pixelwoman, muy interesante tu comentario. Es cierto que la pornografía está hecha por y para hombres, y muy probablemente esa sea la causa por la que muchas veces a las mujeres no nos excita. Sin embargo, a mí personalmente las películas de Erika Lust tampoco terminan de convencerme. Sigue habiendo un punto de artificialidad, de perfección, que me chirría. Creo que lo único que realmente me excita en lo que a pornografía se refiere, es el porno amateur. Puede que porque me siento más identificada, o porque realmente veo una pasión real entre las personas, no lo sé. Pero claro, esto es algo muy personal. Para gustos, se hicieron los colores, ¿verdad? 🙂
A mí Erika Lust me aburre mogollón. No es lo que busco cuando busco porno; me parece más una película erótica/artística que una peli porno. Además, eso de que es «porno para chicas», ¿qué pasa, que a nosotras solo nos gustan las cosas delicadas, románticas o sofisticadas? No sé, para mí el porno para chicas debería diferenciarse simplemente porque -a diferencia del porno convencional- se orientase más al placer femenino (algo menos falocéntrico, vaya). Pero sí, para gustos, colores… Yo seguiré buscando la mezcla perfecta de algo excitante, no denigrante y no aburrido. 😀