Cereza comparte una preciosa visión poética sobre la risa.
La risa, ese milagro espontáneo.
Me despierto sin miedo con la claridad de la mañana y el olor del edredón.
Café con leche. Pájaros. El sol en la calle.
La risa es la ciencia de la incoherencia, es la certeza de la vida.
La respiración, el pulso, mirar hacia delante.
La risa es una cápsula de tiempo. El primer lloro de un bebé. Un labio que tiembla. Por eso la risa también es llanto en el ciclo eterno de las cosas que son.
No tengo miedo.
Me has tenido apretada contra tu pecho mucho tiempo, y es momento de estallar con furia, llorar, gritar, y reír como si todo fuera un ensayo.
En realidad qué importa,
sólo su risa, que se me estrena y se me contagia, y me expande las arterias, me curva los músculos faciales, me empaña los ojos.
Estoy viva.
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