Una Frida nos habla sobre el poder de las redes y las nuevas tecnologías para organizarnos. ¿Sabías todo lo que hay en el mundo 2.0 para poder conectarnos?
Feminismo, redes, puentes y un relato
Cuando nació el movimiento, el nombre «Ni Una Menos» proponía una lucha activa contra los femicidios. Hoy además de un nombre es consigna política, respuesta social y un state of mind que viaja ida y vuelta hacia Latinoamérica y el mundo.
Y todavía más: decir “ni una menos” hoy también significa que ninguna mujer quiere/puede/debe quedar afuera de la revolución feminista que es y será.
Las redes sociales como escenario de democratización y palanca podrían considerarse un miembro anatómico vital para el movimiento. (¿Las piernas? ¿Los pulmones? ¿Los riñones?) No decimos que hayan sido motor o cerebro, pero sí que llevaron de la mano la gesta feminista desde su florecimiento hasta el futuro.
¿Y ¿cuáles son los hitos que acompañaron esta gesta desde las redes? Repasemos.
El Ni Una Menos “nació” en Argentina – en realidad ya había nacido antes en otros momentos y lugares – en 2015 a partir del hallazgo del cuerpo de Daiana García. El asesinato conmocionó y motivó primero una Maratón de Lectura organizada por escritoras, periodistas, activistas y artistas para visibilizar la problemática. Menos de 2 meses después, otro femicidio – el de Chiara Páez, de 14 años y embarazada – convulsionó a la sociedad que esta vez salió a las calles. Al principio el movimiento creció en Buenos Aires, pero las redes sociales lo viralizaron, se volvió masivo, nacional y más de 300 mil personas alzaron la voz ese 3 de junio.
Redes para encontrarnos
Desde el comienzo las redes fueron herramienta para rastrear a mujeres desaparecidas, facilitando datos y multiplicando los relatos de casos de secuestro, violación y muerte. A veces, también ayudaron a recuperarlas sanas y salvas.
Después de esa primera marcha en 2015, la Corte Suprema estableció un registro de femicidios (aún hoy cuestionado por la veracidad de sus datos). También, se dispuso la creación del Cuerpo de Abogadas y Abogados para Víctimas de Violencia de Género.
Redes para registrar
Nacieron múltiples organizaciones de la sociedad civil para la investigación y recolección de datos sobre femicidios y violencia de género, entre otros temas. Son emblemas Casa del Encuentro y el Observatorio Ni Una Menos que llevan adelante un registro fehaciente y terrible: en el año que corre se calcula un promedio de un femicidio por día.
También plataformas periodísticas como Chequeado.com dieron seguimiento a las marchas, las investigaciones y los proyectos de ley para contar el fenómeno en números.
Redes para marchar
A la primera movilización le siguieron una por año: la Marcha Vivas Nos Queremos y Paro de Mujeres del 2016, La Marcha Contra la Violencia Machista del 2017 y la Marcha del 2018 que se unió al activismo por la legalización del aborto, entre otras causas afines.
Siempre las redes sirvieron como termómetro, núcleo convocante, disparador de consignas y debate. Además, permitieron que el movimiento atraviese fronteras para tender redes con Chile, México, Perú, España y Brasil, por ejemplo.
Redes para denunciar
El movimiento #NiUnaMenos es hoy mucho más espeso que al principio y disparó aristas de denuncia y protesta tan individuales como colectivas.
En 2018 después del liviano fallo contra “La Manada” en España (sólo condenados por “abuso sexual), en varios países del mundo las mujeres hablaron con el hashtag #Cuéntalo. 
Miles relataron en primera persona agresiones y vejaciones sexuales que sufrieron en sus vidas. Las historias que antes se ocultaban, normalizaban o hasta ponían en tela de juicio a la víctima como provocadora comenzaron a esparcirse. Y sueltas pasaron a formar una historia conjunta: la del abuso, hostigamiento y acoso sexual patriarcal que ataca al 100% de las mujeres.
El #Cuéntalo fue precedido por el #MeToo, que usaron celebridades para denunciar casos de acoso perpetrados por personajes sobresalientes de la cultura del espectáculo. Con resultados de tanto impacto como suspender producciones, iniciar juicios y transformar la cultura de impunidad hollywoodense.
Así también surgió http://tuidoloesunforro.com.ar/ para recopilar y exponer denuncias contra personajes de la cultura global. El registro se multiplica día por día. ¿Algunos referentes? David Bowie, Ricardo Darín, Paul Mc Cartney, Morgan Freeman y pasen y vean.
Redes para sobrevivir
Las redes, dicen, son servicio. Y ser mujer sigue siendo una profesión de riesgo en las ciudades del mundo. Por eso se lanzó la MuMaLapp (disponible en Android) para denunciar situaciones de acoso callejero y construir un mapa que permita registrar y encuadrar más claramente la realidad que vivimos a diario.
No es la única porque también se han lanzado aplicaciones que facilitan la llegada nocturna a casa contando con un amigue que monitorea tu ubicación satelitalmente y puede corroborar que estés a salvo.
Redes para seguir vivas
Una de las iniciativas digitales que más impacto colectivo y emocional tuvo fue “Lo cuento yo porque ella no puede”. Miles de mujeres narraron en primera persona la historia de muchas otras asesinadas por ser mujeres. En algunos casos también las fotos de perfil tomaron la identidad de las desaparecidas. Una forma de traerlas de nuevo a la vida a través de los recuerdos, los detalles y la confirmación de que la lucha la continuamos por ellas.
A partir del #NiUnaMenos y su desplazamiento digital empezamos a construir una conciencia de género que nos abarca a todas, que convirtió al movimiento de social a político y que propuso etiquetas que en vez de separar agrupan, identifican y nos dan sentido de conjunto. No estamos solas, no le pasó a apenas unas pocas y no somos ni una menos.
Redes para (re)escribir nuestro relato.
Victoria Bembibre (33) – Buenos Aires (Argentina)
Instagram y Twitter: @vik770
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