Posiblemente el Siglo de Oro haya sido de los siglos más importantes que ha vivido el ser humano: entre los siglos XVI y XVII se dio la etapa renacentista y barroca, que comprendió el periodo que abarcó el auge y el declive de los Austrias, se descubrió América y la Iglesia, a través del Concilio de Trento, terminó de consagrarse como institución divina; también nos dio a grandísimos autores como Miguel de Cervantes, Garcilaso de la Vega, Luís de Góngora, Quevedo o Lope de Vega. Pero, la gran pregunta es, desde luego, ¿qué sabes de la mujer artista de todos esos siglos?
El gran problema es que si seguimos escarbando en nuestra historia, no es que sólo no sepamos de nuestras mujeres artistas durante el Siglo de Oro, o en su conjunto de la Edad Moderna, sino que tampoco sabemos qué pasó con ellas durante la Edad Contemporánea y ni hasta en la mismísima actualidad. Así, hemos llegado de un plumazo al siglo XXI, dónde aún las mujeres sólo ocupan el 7,6% en los libros, así lo declaran varios estudios, entre ellos el realizado por la Universidad de Valencia a cargo de Ana López-Navajas o el publicado por la historiadora Judit Gutiérrez Sánchez, Presencia y tratamiento de la mujer en los libros de texto: ¿Invisibilidad, transversalidad o patchwork?, dirigido por la historiadora María de Jesús González Herández. Las cifras son devastadoras, donde las mujeres sólo ocupamos un 8,5% en Física y Química, un 10,2% en Ciencias Naturales o un 6,6% en Ciencias Sociales.
Pero, ¿qué pasa si nombramos a María de Zayas, Ana Caro, Sor Juana Inés, Teresa de Cartagena (la primera escritora en lengua castellana del 1400), Leonor López de Córdoba, Florencina Pinar, Mayor Arias, Luisa Sigea, Beatriz Bernal, Catalina de Mendoza, Mariana de Carvajal? ¿Sabemos quiénes son y qué escribieron? ¿Cómo las ha tratado la historia? Hay que reconocer que poco sabemos sobre nuestras escritoras del siglo XIX, como Rosalía de Castro, Emilia Pardo Bazán o Gertrudis Gómez de Avellaneda (entre otras muchas), es una evidencia que las anteriores a esta fecha han quedado totalmente olvidadas y relegadas al vacío, al silencio, a la invisibilidad y, lo peor, a la omisión de su percepción del mundo. Gracias al proyecto BIESES, coordinado por Nieves Baranda, catedrática de filología de la UNED, y cuyo equipo lo componen profesoras de distintos sitios de España y del mundo y de diferentes universidades, ahora disponemos de una gran base de datos para saber quiénes eran esas autoras, qué escribían, qué pensaban, quiénes las leyeron y qué sociedad vivieron.
En el caso de María de Zayas, una de las grandes escritoras del Siglo de Oro, sus novelas cortas a pesar de su éxito, su paso por la historia en los siglos posteriores fue un fracaso. La Inquisición no quería mujeres como María de Zayas, por lo que pronto se mandó a quemar gran parte de sus escritos. Según el artículo Bibliografía de escritoras españolas (Edad Media – siglo XVIII). Una base de datos, publicado por la misma Nieves Baranda Leturio y María del Carmen Marín Pina, María de Zayas alarmó a los historiadores por “su ligereza, rayana e inmoralidad. Sus obras se reconocen ingeniosas, divertidas, se colocaron entre los grandes cultivadores del género de la novela corta, pero para muchos pecan de inmorales”. Por lo que, bajo el yugo de la mirada patriarcal, muchas escritoras han pasado al olvido, a que aún hoy, en el siglo XXI, no aparezcan en los manuales de estudio, que apenas tengamos referentes mujeres desde el punto de vista artístico e intelectual.
Y yo me pregunto después de todos estos años, ¿he estudiado historia o la historia del hombre? ¿He estudiado literatura o la literatura del hombre? ¿Cómo podemos hacer justicia y remendar todos estos años de olvido de nuestras artistas, de nuestras referentes intelectuales de las que pocas veces se oyó su voz?
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