El 17 de mayo de 2017 el ayuntamiento de Valencia puso una placa en Plaça del Mercat en memoria de Margarida Borràs y la de todas las víctimas de lgtbfobia. Hoy Paulina nos acerca más a ella y a ellas.
El desprecio a lo femenino ha dado origen a muchas formas de violencia. Sobre esto nos habla la académica y mujer trans Julia Serano en su libro excluded, que significa excluidxs. Julia menciona la transmisoginia, un término que acuñó para describir ese desprecio y discriminación que viven las mujeres trans y personas en el espectro transfemenino. Por desgracia, -Julia menciona- este tipo de violencia también sucede dentro de los espacios que se supone han sido creados por y para las disidencias sexuales, diversidad de género y feministas.
El Transfeminicidio es esa expresión máxima de violencia que continúa erradicando les cuerpes trans. Es un tema vigente al encontrar que las personas trans siguen luchando por existir bajo sus propios términos en sociedades donde el binarismo de género-heteropatriarcado-capitalismo-racismo siguen operando. Sociedades donde las personas trans son minoría.
Un ejemplo de estas formas de violencia viene de Valencia en el año 1460. En ese año, en la plaza del Mercado, fue asesinada en público Margarida Borràs. Ella fue una mujer trans lo que significa que su identidad de género no coincidía con el sexo asignado al nacer. Lo poco que se sabe de ella es que eligió su nombre, tuvo amantes (quienes fueron torturadxs), su expresión de género tiraba a lo femenino evidente en el vestuario, que aparece como referencia en el diario donde se describe su ejecución por el crimen de “sodomía”.
No quiero entrar en detalles sobre lo inhumano del trato que recibió por quienes la mataron. Prefiero hacer énfasis en cómo el binarismo de género que implica solo se puede ser hombre o mujer y si eres una no eres lo otro, los esencialismos que reducen a una persona al sexo asignado (femenino o masculino) han sido y siguen siendo causa de mucha violencia.
Margarida vivió en una época y lugar -Europa- sumamente violentos donde se exhibía, mutilaba y asesinaba brutalmente a personas como castigo por quebrantar alguna ley.
Esos binarismos, esos castigos, esas ideas de cómo ser y qué se puede ser son las que llegaron junto con los colonizadores y sus cruces a lo que ellos llamaron América. La artista- activista drag Mama Lynch cuenta en un video el primer caso de asesinato por homofobia registrado en Brasil durante la colonización. Éste es la ejecución de Tibira bajo el crimen de sodomía en el año de 1614. “Tibira” es un término que viene del pueblo originario Tupinambá para referirse a otras identidades de género y relaciones sexoafectivas que no encajan en el binarismo de género traído a sus tierras por los colonizadores.
Mama Lynch nos recuerda lo complejo de traducir términos que en su lengua originaria también incluían una connotación espiritual. Y menciona:
“Quien no se conforma con las fronteras duras y coloniales del género, debe desaparecer, debe ser borrado”.
En la ejecución pública de Margarida, al igual que la de Tibira casi dos siglos después, y del otro lado del atlántico, existe un desprecio hacia aquello que les rebasa la lógica dominante en donde se cimienta el binarismo de género que mantiene un orden y jerarquía de cuerpxs. También existe la negación total y absoluta de lo que no encaja en la realidad dibujada por el poder para sostener el poder sobre cuerpxs y territorixs.
A Margardia se le negó el nombre y le destruyeron la cuerpa. La clasificaron bajo categorías dominantes donde su existencia era imposible. El crimen de sodomía implica que se le denominó hombre cuando sabemos la identidad de género de Margarida Borràs era otra.
¿Qué nos dice la historia de la transmisoginia y transfeminicidios sobre esa negación rotunda y las formas en que se sigue dando?
Julia Serano recalca que la exclusión de las mujeres trans sucede hasta en los espacios Queer. Parte del problema, nos dice Julia, es que hay espacios donde se espera una homogeneidad implícita que termina excluyendo a quienes no habitan de la misma forma o expresan su identidad de la misma manera que el resto.
También hay que reconocer los tantísimos ejemplos de colectivas que se asumen feministas y que sin embargo niegan la identidad de género de las mujeres trans, es decir las TERFS (feministas trans-excluyentes). Ellas se vuelven cómplices de un sistema complejo de opresión que históricamente les ha negado la vida a las personas trans. Aquí la importancia de un feminismo que se ocupe de entender las maneras en que las diversas formas de opresión están hiladas.
Quisiera poder contarles sobre la vida de Margarida Borràs, pero no hay mucho que contar. Me refiero a que se sabe cómo fue asesinada y por qué, pero no se sabe ¿qué le gustaba?, ¿cuáles eran sus sueños?, ¿por qué eligió el nombre Margarida?, ¿qué música le gustaba?, ¿qué le decía su corazona? Es que, al hablar de los transfeminicidios, como de otros feminicidios, no hay que olvidar que se trata de personas con deseos, sueños, sentires, miedos… La crueldad del pensamiento que le negó la vida a Margarida hace siglos, sigue vigente. ¿Cómo nos sacudimos eso que nubla el entendimiento y la empatía para crear mundes donde todes podamos existir?
A Margarida
Mariposa en vuelo
vestida de seda
vestida de nube
vestida de tiempo
no hay cárcel que pueda
contener el fuego
se es el latido que surge
desde dentro
el viento cruza con fuerza
las aguas del hierro
macizo de mente
corazón sin relleno
domina por miedo
ignora que las mariposas
son del sol un reflejo
Margarida tu nombre
dibujando memoria
donde los hilos bordan
un sueño
un deseo
Margardia
tu vida
celebro.
Referencias
Serano, J., 2013. Excluded: Making Feminist and Queer Movements More Inclusive. Seal Press.
Mama Lynch, 2021. Aries y Tibira les primeires.
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