Una lectora boliviana da rienda suelta a su cabreo tras un fin de semana algo duro…
¿POR QUÉ? Es una pregunta que carcome las gotas de cerebro que me quedan este fin de semana. ¿Por qué aceptamos ser las bipolares, las hormonales, «las de la menstruación»? Nos hemos llegado a tragar ese cuento que dice que está bien que seamos locas, histéricas; es más, hay fotos colgadas en Facebook que dicen que eso nos hace lindas y reales.
Mujeres, ¿qué nos pasa por la cabeza? ¿Cuándo hemos llegado a tragarnos y a aceptar este cuento?
Déjenme decirles que no es nada halagador que cuando estemos de mal humor, o hasta deprimidas, oigamos “Déjala, seguramente está en sus días” ¿EN SUS DIAS? ¿EN SERIO? Tu pequeño cerebro masculino no puede funcionar más rápido para encontrar una mejor explicación que esa? Nooo, estoy deprimida porque la persona con la que despierto no puede pensar en algo mejor que cantarme que “De vez en mes soy invisible, Para intentar en lo posible, no promover tu mal humor» (Arjona de mierda), o no puede entender que Rayuela es un libro de Cortazar, y que Cortazar es un escritor… Que ves y vez no significan lo mismo, y que me la seca que me escribas «De ves en mes estás distante». De verdad, hombres. Es un insulto a la inteligencia que nos dediquen canciones de Arjona. Es un insulto que no sepan de ortografía. Y es un insulto más grande aún que no sepan ni siquiera un poco de literatura.
Y es que cada vez entiendo menos la concepción pelotuda que tienen los hombres acerca de las mujeres; ¡LOS COMPLICADOS SON USTEDES! Porque en esa supuesta simpleza lo único que yo puedo encontrar es pelotudez extrema…
Cuando nosotras vemos un hombre, nos fijamos en los ojos, las manos… Ustedes ven un par de tetas y un culo… Y pare de contar. No importa que la chica en cuestión tenga un doctorado en ciencias políticas, o que haya vuelto de la India después de curar a enfermos, o que casualmente esté leyendo tu libro favorito. Tus ojos y la pequeña neurona que está conectada con tu minúsculo aparato reproductor solo han mirado el escote durante 20 minutos seguidos.
En ese caso, si reaccionamos mal, somos unas mojigatas, unas aburridas o, el último que escuché, unas dejadas. Mujeres, ¿deberían sentirse halagadas por que un ser repulsivo se haya dignado a mirar su escote?
O los piropos callejeros, MIERDA MIERDA… ¿Qué pasa por la cabeza de estos seres aborrecibles para pensar que al decirnos «Ayy, mamita, con ese culo te llevo a Neptuno» nos sentimos especiales o felices? Déjenme decirles a estos individuos que lo único que pasa por nuestra cabeza en ese instante es copiar a Hitler y meterlos a una cámara de gas uno a uno.
Pero es culpa nuestra… Porque la minifalda que me dio la GANA de ponerme el día de hoy es muy corta, porque mi escote es demasiado revelador, YO tengo la culpa del acoso sexual callejero, de la violación, porque ese día me vestí como una puta… Puta… Qué término, qué término… Pensar que semejante atrocidad deriva de la palabra prostituta.. Yo a las prostitutas de verdad les tengo respeto… Muchísimo respeto, porque estas mujeres han entrando en conciencia, de que para aguantar tanta pelotudez… hay que cobrar. Pero no, putas somos todas si nos vestimos como queremos, si andamos bajo nuestras reglas, si vivimos como queremos y no bajo los parámetros de la sociedad machista.
Están los mas moderados, de esos que conoces en la universidad y dices «No, tranqui, este será distinto», esos que te inundan la memoria del celular de mensajes, que ponen me gusta compulsivamente en fotos, publicaciones y que no pierden la oportunidad de invitarte a salir. Piensan que con un mensaje que diga, «Hola, preciosa, ¿cómo estás?» nosotras estamos saltando de emoción, esperando a que nos pidan andar con ellos. Hombres, no intenten conquistarnos con trivialidades… Me revientan las rosas, las citas y las películas que siempre terminan con un beso de mierda y un final feliz.
Regalen libros, llamadas por skype. ¡Jueguen un poco con nuestro intelecto! No hay nada mas atractivo que los retos intelectuales…
Pero luego entendí que no todas las mujeres están listas para este tipo de conquista. Fue ahí que comprendí: ¡¡nosotras en una gran mayoría somos más pelotudas que elloS!!
Y he aquí la gran cuestión: ¿Por qué somos tan pelotudas? Si se han dado cuenta, he divagado durante una página al respecto y todavía no lo sé… Creo que estoy esperando que un hombre venga y opine al respecto para generalizarlo…
No, mujeres. Pensemos un poco… ¿Quién ha dicho que somos hormonales, bipolares, marimachos, dejadas, feas, histéricas, locas, solteronas, putas y santas? ¡Los hombres! Que al no poder entendernos, han recurrido a los términos y a las convenciones sociales más absurdas; pero lo más triste es que hemos cedido a esto, nos hemos convertido en el prototipo perfecto para complementar a estos pelotudos.
Nos matamos de hambre y nos matamos en el gimnasio, para no ser un par de feas o de viejas solteronas, Adormecimos nuestro intelecto porque, mujercitas, tomen nota: ¡a los hombres los amenaza una mujer inteligente! A una mujer inteligente no pueden amarrarla, no pueden intentar siquiera amaestrarla. Y son esas mujeres inteligentes las que los dejan a ellos cambiando sus esquemas. Una mujer inteligente no espera menos que un hombre inteligente; un hombre que entienda que está bien que una mujer sepa mas que él, o que pueda hacer las mismas o más cosas que él, que entienda que una mujer es una compañera de vida, no un ama de casa, o un accesorio bonito de la nueva propiedad que acaba de comprar. Un hombre que sepa que no será menos hombre por ocuparse de quehaceres domésticos o por ganar menos que su compañera.
Mujeres, ¡No seamos pelotudas! ¡No más, nunca más! Sepamos que no necesitamos de parámetros sociales o de incompetentes para ser exitosas, bonitas y felices. Busquen a un hombre que las rete intelectualmente, busquen a ese ser fuera de lo común. Aquel que les regale un libro en vez de ropa interior, aquel que sepa de memoria tu libro favorito. Sepan que esos existen en poca cantidad Y en escasos lugares, pero existen para mostrarnos que está bien el no haberse conformado con compañías mediocres, que la soledad ha valido la pena, que el amar ser mujer ha rendido sus frutos. Porque recuerden siempre:
A las pelotudas.. les llegaran pelotudos…
Michelle Lara (19), Cochabamba, Bolivia
2 Comentarios
Me encantó, me sentí identificada con tu pensamiento. No hay mucho más para decir, sos una genia, beso 🙂
se que estas pasando por un momento delicado en el trayecto de la linea de tiempo,y te voy a ayudar´TENES RAZÓN.