Si bien toda mi vida he sido una niña gordita, “anchita de huesos” o “grande” (que decía mi madre), lo cierto es que desde preescolar he llevado el maldito cartelito…
Si bien toda mi vida he sido una niña gordita, “anchita de huesos” o “grande” (que decía mi madre), lo cierto es que desde preescolar he llevado el maldito cartelito…