Echo la vista atrás y me parece mentira que hayan pasado nueve años desde el inicio de esta aventura que ha sido Proyecto Kahlo.
Reix nos comparte una conmovedora historia que vincula salud mental con tercera edad, ambos elementos con los que el mundo actual no está del todo preparado para lidiar. Ésta, es la historia de Elvira.
Un texto maravilloso sobre el dolor que puede suponer el paso de la niñez a la adolescencia.
Amanda se ha sentido perdida en el mundo laboral, esa sensación de no encontrar su sitio, su lugar. Algo muy habitual y con lo que igual te identificas, ¿verdad? Ella ha dado con el quid de la cuestión y, a través de su historia de vida, nos lo muestra y seguro que ayuda.
Una Frida (Elena) nos comparte sus escritos sobre el proceso de aceptación de su embarazo y posterior aborto, el dolor en el cuerpo, los miedos e inseguridades. Esta es la segunda parte.
Carolina, una Frida, nos habla de ella pero lo hace de todas, porque todas hemos mandado ese mensaje al llegar a casa, todas hemos tomado decisiones en función de dónde fuésemos, cómo y con quién. Por todo eso, este texto resuena tanto.
Catta, una Frida, nos comparte una reflexión personal sobre la mirada que tiene una veinteañera sobre sí misma y su recorrido de autoconocimiento.
Si cierro los ojos e imagino cómo funciona mi cerebro por dentro o cómo se vería mi mente por fuera, visualizo un trastero. Un cuarto aparentemente en desuso con una enorme buhardilla en forma de tejado, con una hermosa ventana que ayuda a ventilar, iluminar y a poder ver a través de ella, desde lo más alto, lo que es incapaz de verse desde otro lugar.
Reix nos comparte su primer texto en Proyecto Kahlo, una conmovedora historia de recuerdos, nostalgia y valentía.
Esta es la historia de Azulclarito, la chica que resucitó gracias a la literatura. Ilustración de Ayleen INICIO Una tarde, en una ciudad ordinaria, existía un hogar común y corriente…