Era diciembre y en la comunidad Yokuteis me recibieron como la amiga del nieto que vivía en Cuenca. En el día uno, me hicieron bromas por mi cabello corto “como niño” o porque no era capaz de beberme toda la totuma de chicha junto con las mujeres.
La soledad, aunque parezca paradójico, puede ser nuestra compañera. Y esto no siempre es algo del todo negativo. Ilustración: Qam El día que decidí hacer este artículo me pareció una…