Una mirada voyeur sobre nuestros momentos más intensos.
Sinceramente, nunca entendí el falso estereotipo creado en referencia a la erótica y la sexualidad.
No se puede permitir la negación de la naturalidad que es la parte más animal que nos compone, sería negar el propio instinto.
La realidad de la erótica es pasional, profunda y ante todo humana, está llena de una perfección que no puede ni debe medirse en una insustancial cuestión estética. Es por ello que a veces es tan intensa que nos asusta, nos aturde, y nos convierte en voyeurs de nuestra propia sexualidad.
Inguz Mentti
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