Sexo extraordinario

Nuestra sexóloga desempolva las parafilias más curiosas… ¡Seguro que algunas no sabías ni que existían!

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Ilustración: Carmen Navarro

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No sé si os habrá pasado o no pero hay veces que, cuando vamos a tener relaciones sexuales con alguien por primera vez, nos encontramos con algunas sorpresillas… ¿Cómo dices? ¿Que quieres que te azote? ¿Que quieres verme hacer qué? ¿Que me vista cómo? ¡Uy! Y yo que pensaba que esto iba a ser sencillito…

Todos tenemos nuestras manías, nuestras fantasías y aquellas prácticas que nos excitan más. Pero luego ante nosotros se abre el mundo de las parafilias. Esto sucede cuando depositamos nuestro placer al servicio de algo determinado, por ejemplo, «yo no alcanzo el orgasmo salvo que lo hagamos delante de un espejo». Te puede gustar hacerlo de esa manera pero, cuando eres incapaz de disfrutar haciendo otra cosa que no sea eso ya se convierte en un problema.

Existen muchísimas parafilias y de hecho muchas nos vienen a la cabeza: BDSM, exhibicionismo, voyeurismo, etc. Pero hay más, muchas más, y me parecía curioso hacer un barrido por algunas de ellas. Oye, que si mientras lees el artículo piensas «¡Anda! ¡Si esto también me gusta a mí!», no te preocupes que es normal, claro que te gusta. Que son cosas diferentes, pero que no tienen por qué ser malas ni dar miedo. Como os decía antes, el problema sería que sólo te excitases de esa forma.

Vampirismo. Sí, los vampiros existen ¡y están excitadísimos! ¿Cuándo? Cuando presencian una extracción de sangre y si pueden absorberán la tuya… ¡Wahahaha! Y no, no es broma, ya que a muchas de estas personas otra cosa que les excita mucho es beber de las heridas de su pareja. Cuidado vampirillos que las enfermedades se pasan así muy fácilmente.

Hipoxifilia o Asfixia Sexual. ¡¡ACHTUNG!! Esta práctica puede dar muchos problemas, ya que es gente que sólo alcanza el orgasmo si se ven privados de oxígeno. Y, para ello, muchas veces utilizan bolsas de plástico en la cabeza. ¿El peligro del que os advertía? El no volver a poder coger oxígeno de nuevo, ya me entendéis.

Fúrtling (os prometo que no me invento los nombres en esta ocasión). Hay dos modalidades: en una se coge una foto y se hace un agujero donde se considere oportuno para posteriormente poder introducir el pene y masturbarse. En la otra lo que se hace es pegar un dildo en la foto para poder ser penetrado por la persona que en ella salga, por definirlo de alguna manera. A ver, hijos, que el papel corta, mucho cuidado con estas actividades plásticas.

Amomaxia. Excitación sexual sólo si se hace en un coche estacionado. Ésta es bastante común y sencilla de comprender. Los seres humanos nos hacemos mucho a los hábitos, las costumbres, nos condicionamos cual perrillos de Pavlov. Y, si durante años, has tenido que apañarte con el coche como «punto de encuentro», puede suceder que el día de mañana cuando ya no tengas por qué hacerlo ahí, descubras que las nuevas opciones no te ponen como te tenían que poner. Hay gente (totalmente verídico) que hasta ha llegado a comprar un asiento de esos que venden con pedales, volante y todo para jugar a las consolas y se lo han puesto en su habitación para poder seguir disfrutando de esta práctica de una forma más privada.

Erotofonofilia o excitación a través de llamadas telefónicas «picantes». Hoy en día se abriría aún más el abanico con chats, whatsapps, etc. Claro que está bien excitarse con una conversación subidita de tono, pero por favor suelta el móvil ya y céntrate en el temita que nos atañe ;).

Clastomanía, esta es muy de película. Llegas y me arrancas la ropa, yo te hago saltar los botones de la camisa y… Sí, estas personas se excitan únicamente rompiendo la ropa de su pareja, un mal momento tal y como está la economía.

Froteurismo… Ésta me pone la piel de gallina. Puedo decir que me he visto afectada por gente que la sufre y seguramente muchas de vosotras también y no lo sabéis. Estas personas se excitan frotando sus genitales contra personas desconocidas. Véase en el metro, ascensores, conciertos, etc., ya que suelen aprovechar los sitios donde hay mucha gente junta y así tienen la «excusa». Muy desagradable.

A disfrutar de nuestros fetiches, de nuestras manías, de aquellas fantasías que tanto nos gustan pero que no nos limiten, ¡que no nos hagan perder nuestra libertad! 🙂

NOTA: Todo el artículo tiene un tono jocoso porque creo que la vida es mejor tomársela así. Pero si tú tienes algún problema del estilo, si sientes que sólo de determinada forma alcanzas el orgasmo y te está suponiendo un problema, no dudes en ponerte en contacto con un terapeuta sexual y trabájalo. Para eso estamos.

Marta G.