Este mes dedicado a las cartas Ilazki se ha dirigido a Gurenda, su hermana favorita y la única que tiene, recordándole lo importante que es en su vida <3
Kaixo Gurendita,
Hacía muchos años que no te escribía una carta. Hace exactamente 5 años que no lo hacía. Durante aquellos años estuve viviendo fuera y era entonces cuando recibía tus cartas, que me hacían llorar con la simple lectura de las primeras palabras.
Esta carta podría habérmela escrito a mi yo adolescente, a mi yo del futuro, a la ama, al aita o a cualquier otra persona, pero he decidido escribírtela a ti. Porque sin ti, yo no sería la misma. Está claro. Sin ti, mi niñez hubiera sido mucho más aburrida. Con menos broncas, pero más aburrida. Mis juguetes estarían intactos, pero no tendría con quien jugar en casa. Nadie me hubiera tirado de los pelos, ni me hubiera mordido, ni se hubiera enfadado conmigo por cualquier tontería; pero tampoco hubiera tenido a nadie con quien aprender a compartir, con quien reírme o con quien esconderme del aita (papá en vasco) cuando llegaba de trabajar y le queríamos dar un susto escondiéndonos debajo de la mesa de la cocina. Mi infancia hubiera sido totalmente diferente. Has sido la mejor hermana, la única y mi favorita. Gracias por todo. Gracias por estar ahí siempre. Gracias por todos los momentos compartidos: por los buenos y por los malos. Porque gracias a los buenos tengo tantos recuerdos inolvidables y gracias a los malos he aprendido a entenderte y a entender mejor nuestra relación.
Somos dos chicas con carácter, por lo que, chocamos y discutimos mucho; pero, nos entendemos y nos queremos como las que más. Sabes que eres increíble y que te quiero con locura. Aunque, desde que vivimos cerca no te lo escriba ni te lo diga tantas veces como lo hacía desde el otro lado del charco. Pero intento demostrártelo estando a tu lado, apoyándote y discutiendo si es necesario. Cuando no me gusta algo, te lo digo, no porque quiera darte la contraria (como piensas muchas veces), sino porque me importas y soy sincera contigo. Sino, sería mucho más fácil decir a todo lo que me digas que sí y olvidarme. Pero no… prefiero compartir opiniones contigo con la intención de construir una nueva perspectiva de la situación que estemos planteando.
No me quiero extender mucho… pero quiero recordarte que eres una persona increíblemente fuerte, que quiere y apoya a su familia, que lucha como nadie por sus sueños, y que los consigue. Aunque no te lo creas, y, como muchas mujeres, no tengas el autoestima muy alto, quiero que lo recuerdes en cada momento. Recuerda todo lo que has sufrido y cómo has luchado para salir de esas situaciones, cómo has conseguido cumplir sueños que ni te imaginabas que alcanzarías. De vez en cuando, echa la vista atrás y valora todo lo que has logrado gracias a tu perseverancia. Te animo a seguir soñando, como hacen las niñas y niños, y luches por cada una de tus metas. Si no consigues cumplirlos, será que no es el momento o el sueño indicado, pero al menos, inténtalo. Porque te lo mereces. Te mereces ser feliz y reír. Reír mucho. Como aquella vez en Asturias, ¿te acuerdas cómo nos reímos de mi caída? ¿O cuando se me cayó el helado nada más comprarlo en Hendaia? Pues me encantaría verte reír así siempre, pero que no sea sólo por mis torpezas, claro 😉
Ninguna relación es perfecta. Ni las relaciones familiares, ni las de pareja, ni las relaciones con una misma. Y nuestra relación no se libra. Hemos tenido nuestras discusiones y nuestras reconciliaciones. Somos realistas y sabemos cómo somos, y justamente por eso nos queremos tanto.
Por todos los buenos recuerdos y por todos los momentos que nos quedan por compartir. Gracias mujer guerrera, luchadora y amorosa por ser mi hermana.
Mediante esta carta virtual te mando abrazos de osa y besos a montones,
Ilaz 😉
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