Cecilia logra una excelente entrevista a Florencia, artista y dibujante, donde cuenta como comenzó con el bordado y de que manera lo fue relacionando al feminismo.
Una de las posibilidades que nos da el feminismo en el camino de crecimiento y autoconocimiento que nos propone es la de encontrar los espacios donde aprender nuevas habilidades y también compartir con otres nuestras experiencias, vivencias, alegrías o dolores. Así es que descubrí el bordado, una actividad hermosa que tejiendo hilos y colores, también nos enseña a construir lazos de sororidad, de compañía, de alegría y de mucho aprendizaje. Este mes me doy el gusto de entrevistar a quien me acercó a este mundo, mi profesora Florencia Rodríguez. Artista bordadora y dibujante, Florencia nos cuenta su experiencia y cómo para ella el bordado se une al feminismo de un modo particular.
Proyecto Kahlo: ¿Cómo te presentarías a vos misma?
Flor: Mi nombre es Florencia. Me interesa el feminismo, el arte, dibujar. Bordar me interesa como una expresión más del dibujo y por la posibilidad que da de compartir espacios con otras mujeres, también a una misma, nuestra intimidad. Nos ayuda a tomar confianza, a sentirnos seguras. Como es una actividad que lleva tiempo, además nos permite lograr a través de ese proceso, descubrir algo que está dentro nuestro y que tal vez no conocíamos.
PK: ¿Cómo llegás al bordado?
Flor: A través del dibujo. Empecé hace unos años, unos 5 ó 6. Tomé un taller porque había visto bordados y me habían gustado y me dije, «¡qué bueno!». Me interesaba el lenguaje del bordado.
De chica nunca lo había hecho, en mi familia no se bordaba. Y enseguida me gustó la actividad, pero especialmente el ambiente que se genera. Eso es lo que me llevó a seguir bordando desde entonces.
PK: ¿Pensás que tus gustos, intereses, surgen en tus piezas de bordado?
Flor: No necesariamente. Yo creo que trato de volcar lo más que puedo en ello, pero es imposible lograrlo con todos los intereses o cosas que a une lo movilizan. En realidad, mi acercamiento con el bordado va por otro lado que el del feminismo. Este es mucho más reciente que mi acercamiento al bordado, al arte, al dibujo. El dibujo es algo que me hace sentir bien, que necesita un lenguaje especial donde no hay palabras. Lo tengo incorporado desde chiquita y nunca lo pude abandonar. En la práctica del dibujo te surgen cosas inconscientes que si quisiera llevar a palabras no podría y con el bordado me pasa lo mismo. Mi relación con el feminismo, al menos conscientemente, es mucho más reciente.
PK: ¿Cómo es el mundo del bordado?
Flor: En general, es un mundo de mujeres. Hay hombres pero la mayoría de las personas que toman cursos de bordado son mujeres. Estaría bueno que haya más hombres para que sean parte de las charlas que se dan. Es importante el espacio para compartir experiencias, conocimientos. Se arma como un club donde te juntas a hablar, le enseñás al otro, charlás. La práctica manual de alguna manera te libera a poder hablar, te moviliza de algún modo. Creo que en este último tiempo se han revalorizado ciertas artes manuales, las artesanías por eso. Pienso que además se le está dando otra vuelta a lo que el bordado tradicionalmente era. En la época de nuestras abuelas tenía mucho más que ver con seguir un patrón, era una actividad que se realizaba en casa, una sola. Por suerte las artes textiles se están empezando a valorar por su impacto visual en sí mismo, como una técnica artística.
PK: ¿De qué manera pensás que se puede conectar el bordado con el feminismo?
Flor: Creo que lo que tiene de bueno el bordado es que cubre esa necesidad que tenemos las mujeres hoy de encontrarnos. El bordado se presta mucho para eso y es buenísimo. Las mujeres en general, históricamente, fuimos acalladas y yo pienso que es súper importante encontrar un lenguaje que te permita hablar, sacar las voces o lo que tenemos adentro. El bordado cubre esa necesidad de expresión, como también lo puede ser la poesía o una simple charla. En mi caso siempre lo relaciono con esa búsqueda de expresar algo que quieras contar: pensar un proyecto, pensar los colores, los dibujos que vas a usar. Aprender a saber cuáles son las cosas que te gustan o cómo te gustaría expresarlas. Y encima es una actividad que nos ayuda personalmente con las inseguridades, el poder decir: “mirá lo que logré” y darse cuenta que une es capaz de realizar algo con sus propias manos. Esa fuerza es muy importante.
PK: ¿Cómo creés que se puede relacionar el bordado con la idea de sororidad? ¿Hay para vos una conexión posible?
Flor: Desde mi experiencia, sí. Es encontrarse con el otre. Se da mucho el sentimiento de compartir, de hermandad. Todo el tiempo se genera una búsqueda de alentar al otre, a reconocernos en lo que hacemos. Por ejemplo en los clubes de trueque que armamos proponemos una tela para bordar en común que se va completando con el tiempo con el aporte de todes, o a veces incluso participamos de bordados colectivos que se van pasando. Conozco chicas que arman telas con pedacitos de bordados que le mandan y que ellas unen. De todos modos, el bordado también es una buena actividad para realizar desde tu espacio íntimo. Creo que está bueno que el feminismo nos enseñe a sentirnos bien con nosotras mismas. Acompañarte a vos misma, en tu soledad es importante, y eso nos permite disfrutar del tiempo que tenemos con nosotras mismas, conocernos mejor.
PK: ¿Cómo fue tu experiencia de acercamiento al feminismo?
Flor: Fue hace poco. A partir de haber ido al último Encuentro Nacional de Mujeres en Rosario (2016) me acerqué mucho más. Tenía cierta conciencia, leía, pensaba cosas pero no lo sentía tan cercano. Con las marchas de Ni Una Menos me sentí interpelada. A mí ya de por sí me interesaba leer sobre anarquismo pero me costaba pensar al feminismo como un movimiento en sí mismo. Aprendí además que el feminismo te permite crear tu propio colectivo. Está tan metido en la vida cotidiana que podés armarte tu propio círculo, tu propio grupo. Te das cuenta que no estás sola y se crean lazos por todos lados.
PK: ¿Cuáles son tus preocupaciones sobre la mujer y sobre como vivimos hoy en día?
Flor: Lo que más me preocupa es que nos están matando. El hecho de vivir con miedo, la violencia más terrible. Siento que es una violencia cada vez más cruda. Yo en general no tengo miedo en mi vida cotidiana pero sí soy consciente de que soy vulnerable. Salís a la calle y sentís violencia. Por eso es importante que se puedan generar vínculos que te hagan sentir más fuerte, que nos permitan darnos cuenta de la potencia de nuestros actos, que nos permitan luchar frente a todo eso. Yo creo que podemos trabajar para ejercer la autodefensa, no sólo como la fuerza de enfrentarte físicamente a un otre, sino en el hecho de ganar confianza en vos misma, ser consciente de las herramientas que tenés para lidiar con estas situaciones. Bordar para mí funciona un poco como autodefensa, no sentirte sola, inútil. Trabajar para no sentir baja autoestima.
PK: ¿Hay algún momento o caso que te haya conmovido particularmente para acercarte al feminismo?
Flor: Obviamente las muertes son terribles y siempre me conmueven. Pero me llegó muy de cerca el testimonio de Mailén, que denunció ser abusada por su ex novio, cantante de una banda de rock. (Aclaración: Mailén Frías denunció a su ex pareja, José Miguel del Popolo, cantante de la banda La Ola Que Quería Ser Chau. Aquí el link de la historia para conocer más: Maylén Frías denuncia a su ex pareja). Siento que eso hizo un quiebre en mí porque me di cuenta que me habían pasado cosas así y no había podido verbalizarlas, ni siquiera reconocerlas. Las había naturalizado y creo que ver eso fue un despertar muy zarpado. Escuchar la palabra de otra persona contando una experiencia con la que me podía relacionar fue muy fuerte.
PK: ¿Cómo nace la experiencia de los fanzines y los clubes de trueque?
Flor: Yo siempre tuve ganas de hacer un fanzine de bordados, me gustan mucho los fanzines y en especial los que tienen algún tipo de contenido político. Me junté con una amiga (Florencia) y por intereses en común pensamos la idea de hacer un fanzine compartido entre las dos. Como además teníamos cosas (hilos, lanas) que nos sobraban, se nos ocurrió hacer un club de trueque para intercambiarlas. Pensamos que sea un trueque para que no intervenga el dinero pero también porque sirve para practicar el consentimiento. Eso es para nosotros un ejercicio feminista porque implica saber decir que sí y saber decir que no. Nos enseña a llegar a un acuerdo y a respetar el no del otre.
En el trueque podés ser parte de un intercambio de lo que se te ocurra: hilos, agujas, una obra bordada, arte textil, poesía que escribís vos. También podés enseñar algo, un punto, un bordado, charlar con alguien. La intención es generar un espacio fraternal y que no se dé lugar a buscar acumular cosas, o imposición del une al otre. En el último que hicimos vino gente más grande que el promedio de edad y compartieron experiencias muy personales, le dan una perspectiva diferente al feminismo, tienen un montón de saberes.
PK: ¿Por qué el nombre “Siempre Mía” para el fanzine?
Flor: Buscamos algo que se pudiera relacionar con la tradición del bordado. Teníamos un montón de imágenes de patrones de bordado. En un libro había uno que decía “Siempre Tuya”, una frase que típicamente se usaba para bordar al marido, o al novio o a la pareja. Y ahí pensamos que era interesante darle otra vuelta a esa frase y convertirla en “Siempre Mía” como reafirmando que nos pertenecemos a nosotras mismas.
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