Estrella propone una ilustración, Marta un texto, y juntas crean un artículo lleno de emoción sobre los animales adoptados.
En Proyecto Kahlo habitualmente las ilustraciones que acompañan los artículos están creadas a partir de lo escrito pero, desde hace un tiempo, a veces lo hacemos al revés. Es decir, de la ilustración surge el texto.
En esta ocasión, cuando escribo estas líneas, aún no he visto la ilustración que ha hecho Estrella y que, seguramente, será preciosa. Si, esa que ahora mismo tienes arriba y que acompaña estas palabras. Bonita, ¿verdad?
Lo que si he visto ha sido su descripción, el tema sobre el que va a tratar y es este exactamente: “Sobre el profundo vínculo que se crea cuando adoptas un animal y este te elige como «su humane”.
Os cuento todo esto porque desde que lo he leído he querido escribir sobre ello. Ha sido como un flechazo literario. He sentido millones de palabras recorrer mi cuerpo a la vez que muchas imágenes y recuerdos. He viajado al pasado y al futuro en un segundo y he desaparecido del presente para luego darme de bruces con él. Y he empezado cuatro textos diferentes.
En el primero hablaba directamente de ese vínculo de amor, cuidados y lealtad. De como es posible conectar con un animal de una manera profunda y vital. De lo que se aprende, de lo que descubres en elles y en ti. De responsabilidad, ecología, de soledad y compañía. De diversión, cuidados y empatía.
En el segundo estaba haciendo una especie de listado de los beneficios de compartir vida con animales porque hay millones de ellos. Desde la reducción de la ansiedad hasta la bajada de la presión arterial y la frecuencia cardiaca, pasando por el aumento en nuestro cuerpo de las llamadas hormonas de la felicidad.
En el tercero hacía un alegato de porqué es tan importante adoptar y no comprar. De la responsabilidad y de cómo cuando rescatas un animal al final descubres maravillade que eres tú la persona rescatada y no al revés. Que nos creemos el ombligo del mundo y no lo somos.
He llegado al cuarto y he llorado un escrito dedicado a una perra que tuve y que murió pero que sigue aquí, dentro de mí. Y mientras he acariciado a la que tengo a mi lado agradeciendo cada segundo compartido.
Y así he llegado a este. Al quinto. Con la vulnerabilidad al 100% y la vista al 10% por esos recuerdos y esas emociones que aún resbalan por mis mejillas.
Y eso, precisamente eso, es el vínculo tan maravilloso que se crea cuando tienes la suerte de compartir tu vida con un animal.
Cuando les ves por lo que son y dejas que te vean por como eres.
Cuando no les eliges si no que te eligen.
Y sobre eso, sobre todo eso no me salen más palabras que GRACIAS.
Así que con este no-artículo sobre el vínculo te pido que no compres, que adoptes y que, al igual que sucede con nosotres, lo fantástico no está en su color o raza si no en todo ese maravilloso universo que llevan dentro y que sólo somos capaces de intuir.
Los Comentarios están cerrados.