Cecilia nos comparte su entrevista a integrantes de Mamá Cultiva Argentina, organización que lucha por la despenalización del cannabis medicinal y nos enseña sobre lo colectivo de los cuidados.
En la escena pública de la Argentina encontramos varios reclamos populares que tienen que ver con el acceso a determinados derechos que o están prohibidos o que no están debidamente legislados. Muchos de estos reclamos tienen que ver con mejorar la calidad de vida de grupos y actores sociales. Mientras son los Estados los que finalmente deciden y establecen legislación sobre los mismos, muchas veces la lucha parte de la misma sociedad por años hasta que llega a ser reconocida.
Este es el caso de Mamá Cultiva Argentina, una ONG autogestionada que surge en el año 2016 en el medio del creciente y cada vez más potente pedido por la despenalización de la marihuana. En este colectivo el trabajo está enfocado principalmente hacia la legalización del autocultivo y del cultivo solidario de cannabis entendido como producto para la salud y medicinal.
Esto, que parece algo tan natural como auténtico, es aún hoy en la actualidad poco conocido en una sociedad que sí recurre sin demasiados problemas a fármacos químicos avalados por la publicidad de las grandes empresas farmacéuticas y bioquímicas. El trabajo de Mamá Cultiva es, entonces, no solamente luchar para que el acceso al aceite de cannabis, a semillas de la planta y el autocultivo sean despenalizados sino también brindar apoyo, contención, información a quienes puedan pasar por la dolorosa situación de tener a une pariente o conocide que sufre físicamente y cuyo alivio también es un derecho a reconocer.
Para conocer más su trabajo, me pareció interesante y muy rico conocer desde sus propias palabras más sobre lo que hacen. Esta entrevista a continuación es colectiva y resume las palabras de sus integrantes:
1. ¿Qué es Mamá Cultiva Argentina? ¿De qué se trata esta ONG y cuál es su historia? ¿Con qué objetivo nace?
Mamá Cultiva Argentina es una ONG aurogestiva, feminista y con perspectiva de diversidad. Se formó en el año 2016 para conseguir un marco legal que habilite el autocultivo y cultivo solidario de cannabis para la salud, promover políticas públicas que permitan y faciliten su uso y obtención, bregar por la libre información y la accesibilidad sin restricciones económicas para quienes lo requieran.
Luego de tanta labor, se decretó la re-reglamentación de la ley 27.350 en el Boletín Oficial (puedes ver esto en este link), reconociendo nuestro derecho a acceder a la terapia desde el autocultivo, cultivo solidario y en red. Además de nuestra constante tarea de formación tanto para usuaries como para profesionales de la salud, seguimos trabajando por una ley superadora, que regule el acceso al cannabis en todas sus formas, centrándose en la diversidad, inclusión, los cuidados, la solidaridad y la comunidad.
2. ¿Por qué la figura que eligen para dar nombre al grupo es la de la mamá? ¿Qué significado tiene el trabajo de una mamá como encargada tradicional de los cuidados en este sentido?
Porque a pesar de haber cultivadoras y cultivadores en la ONG, nos parecía que la voz de la madre le daba legitimidad a la causa. Las madres en nuestra sociedad, son una figura de mucha autoridad y de historia de lucha por lo que es muy respetada. La idea es mover desde esa autoridad y construir una nueva manera de ver al cannabis. Ver a la planta como una herramienta de cuidado y autocuidado, y revalorar esos cuidados.
3. En su biografía sostienen que son una ONG autogestiva con perspectiva de género. ¿Qué significa esto y cómo se hace visible en la práctica?
La planta nos hizo visible la jeraquización de saberes que se basa en que la ciencia y cultura de occidente están por encima de cualquier otro conocimiento. Por lo tanto, los saberes populares y ancestrales necesitan la «validación» de la ciencia dominante o no sirven. En este sentido es que al usar la planta aún en contra de la indicación de los médicos, nos enarbolamos en una inevitable desobediencia. Nos rebelamos contra el sistema medico hegemónico, contra las leyes, contra las fuerzas policiales, contra la jerarquización. Esa rebeldía es profundamente feminista, ya que la propuesta del feminismo es la descentralización y horizontalización de todo.
En nuestros talleres, en nuestros espacios de formación, tratamos de mantener la horizontalidad, de socializar nuestros conocimientos, y de cuestionar las jerarquías.
4. ¿Qué tipo de trabajos y actividades realizan cotidianamente?
Hasta la sanción de la ley 27.350 nos encontramos con un Estado ausente (¡por suerte eso cambió desde el 12 de noviembre pasado!), y nos pusimos al hombro la enorme demanda que el cannabis para la salud trajo aparejada. Para ello, brindamos respuesta a más de 300.000 personas en redes, acompañamos a familias en nuestros cursos y talleres, para que aprendan a cultivar y a ejercer su autonomía, haciendo comunidad, formamos a profesionales de la salud porque es fundamental interpelar al sistema médico hegemónico y sus lógicas de fragmentación de nuestras corporalidades.
Además, asesoramos en legislación a municipios, jurisdicciones, y también a nivel nacional. Articulamos con universidades y organismos. Integramos el Consejo Consultivo Honorario de la 27.350, aportando nuestra mirada a la implementación de la nueva reglamentación. Trabajamos fuertemente la perspectiva de género porque no hay justicia social sin transfeminismo, y articulamos también con organizaciones, para crear redes que nos permitan empoderarnos como sociedad. Somos un equipo de más de cincuenta voluntaries que ponemos el cuerpo y el corazón en este compromiso que implica horizontalizar saberes y prácticas.
5. ¿Cómo llegaron a la ONG, qué buscaban?
Quienes integramos la Comisión de Género de MCA llegamos desde distintos lugares. Algunas fuimos víctimas de este sistema de exclusión y criminalización sobre la planta, sufrimos en carne propia el dolor de no encontrar respuestas en la medicina hegemónica y encontramos la libertad en la planta. Otras encontramos en la organización una forma de combatir el neoliberalismo macrista y aportar nuestro grano de arena en la resistencia feminista al capitalismo patriarcal. Todas hoy nos reconocemos cuidadoras, y luchamos por el reconocimiento de las tareas de cuidado, que atraviesan a más del 70% de las personas que se acercan a nuestra organización. A todas nos une el amor como brújula. La necesidad de crear comunidad y de repensar nuestra cotidianeidad a través de esta planta que tanto nos enseña sobre empatía y autocuidado.
6. ¿A qué hace referencia el concepto de semillas feminizadas?
Semillas feminizadas nace en modo pandemia. Es un ciclo de vivos vía Instagram, para visibilizar a todas las referentas feministas de diferentes orgas con las cuales nos interesaba generar lazos y hacer red. Creemos que las luchas se entrelazan y nos es mucho más enriquecedor y nutritivo unirnos y sociabilizar la información
7. ¿Cómo creen que ha ido variando la respuesta de la sociedad hacia el trabajo de la legalización de la marihuana?
Frente a la nueva reglamentación de la ley, vemos lo que nos demuestra la militancia: la marihuana le cambia la vida a miles de personas que eligen el autocultivo como estrategia soberana de autodeterminación. Y esa aceptación fue una marea imparable, que empujó este reconocimiento legal que hoy celebramos con emoción y compromiso.
8. Del mismo modo que el colectivo pro aborto legal lucha por la autonomía reproductiva, Mamá Cultiva lucha por la autonomía del cultivo, de la salud y de los cuidados. ¿Hay un vínculo entre ambas luchas?
El vínculo es innegable. El derecho a la autonomía atraviesa ambas luchas. Estuvimos en la calle celebrando en 2018 en diputades y llorando la derrota en el Senado. No puede haber salud sin libertad de decidir sobre nuestres cuerpes. Es por eso seguiremos al pie del cañón para que pronto el Aborto Legal, Libre y Gratuito sea ley, como hoy lo es la marihuana para la salud.
Si querés conocer las publicaciones de la organización, podés acceder a su instagram aquí, ver sus vivos, stories y mucha información disponible.
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