Una Frida nos hace llegar este texto en el que habla de amor y de magia.
Conectarse al ritmo del universo es ser parte del lenguaje de la magia.
Históricamente se les han señalado y hasta temido, a esos seres que interpretan las energías de los mundos y las canalizan en su favor.
Atendiendo a ese temor les cazaron en post de justificar la creación de los regímenes capitalistas y en la consolidación del sistema patriarcal.
Intentado en esa estructuración imponer los modelos de normalidad y mas explícitamente de femeneidad. Idealizando princesas sumisas y pasivas, demonizando a las brujas de los cuentos e instalando que un príncipe las iba a salvar.
Y es un poco en esa vorágine de la culturización que fuimos perdiendo la conexión natural.
Hasta fisiológicamente se nos cierra esa puerta mágica entre nosotros y el todo que traemos abierta al nacer. Y en ese sentido es que seguimos creciendo a ciegas desconectados, curioseando de tanto en tanto a esos que no han hecho la disrupcion o buscándoles esperanzados en otra piel o encendiéndonos si nos cruzan la mirada.
Es que en ese caminito que se forma cuando nos miran a los ojos es donde aparecen todas las respuestas que necesita nuestro mundo.
Renazco en tus ojos. Eso es magia. Tus ojos son magia. ¿Será entonces la causa de la negación a la reconexión? En estos tiempos en donde la fluidez de los vínculos los hacen inestables, endebles y amorfos, no hay lugar para el amor.
El amor pareciera estar condenado a perecer y con el esa posibilidad de ir más allá.
Ese No te enamores nos asegura la pseudo tranquilidad estructural y nos mantiene desconectados del todo. El amor, el autoamor es lo que nos conecta. En el amor esta toda la magia.
Vibrando en amor volvemos a ser parte del lenguaje ancestral.
Volvamos a ser valientes. Volvamos a escucharnos. Volvamos a amar. Seamos magia.
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Alicia Ruiz (42), Ushuaia – Tierra del Fuego – Argentina
IG: @alicitaruiz
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