Nos hacen creer que ya no existe pensamiento crítico pero ¿es eso realmente cierto? Nieves nos habla en este artículo sobre ello.
Condena
A veces caigo en la misantropía, lo reconozco.
A veces miro a mi alrededor y no paro de ver sufrimiento, pero sufrimiento causado por otras personas, causado por el propio ser humano.
El ser humano puede llegar a ser horroroso, aberrante, mezquino, malvado y egoísta. Sí.
No son pocas las veces que pienso “pero, ¿qué está pasando en este mundo?” porque, como persona altamente sensible -otres me entenderéis-, me cuesta entender cómo se llega a ciertas situaciones, incluso conociendo los procesos que pueden existir detrás. Es difícil explicar cómo alguien puede llegar a dejar de sentir el dolor ajeno e incluso lo aprovecha o disfruta con él.
A veces parece que el mundo se va a pique: tiktokers, influencers, dinero fácil y cada vez menos ganas de ser útil socialmente, menos cultura del esfuerzo para la consecución de objetivos… lo que se traduce en mi cabeza a veces en pensar que cada vez hay menos valores, siento admitir.
Esperanza
Pero luego recuerdo una frase:
«La juventud de hoy ama el lujo. Es mal educada, desprecia la autoridad, no respeta a sus mayores, y chismea mientras debería trabajar.”
Se podría decir perfectamente ahora, pero ¿sabes quién la dijo? Fue Sócrates hace algún que otro siglo. Y me da muchísima esperanza.
Puede parecer paradójico que justo saber que les jóvenes siempre han parecido en decadencia respecto a generaciones anteriores haga que me sienta reconfortada, pero me explico: si realmente la juventud hubiera ido en decadencia, ¿cómo es posible que siglos después se diera la existencia de Simone Weil o María Zambrano? ¿realmente vamos en decadencia?
E inevitablemente me sale sonreír y pienso “no nos van a callar jamás” y me acuerdo de la cita de V de Vendetta:
“Nos dicen que recordemos los ideales, no al hombre, porque un hombre se puede acabar. Pueden detenerle, pueden matarle, pueden olvidarle, pero 400 años más tarde los ideales pueden seguir cambiando el mundo.”
Y se me ocurre que en el mundo siempre ha habido gente que hace daño o que no se posiciona ni piensa en su porvenir y elige dar prioridad a sus propias preocupaciones sin más allá, pero también siempre ha habido gente que se opone a ese daño, gente que lucha, gente que piensa si el pensamiento comunitario es el que le representa.
Si no fuera así, no habría habido mejoras en ningún ámbito científico ni filosófico, y los ha habido, por lo que siempre ha habido propulsoras y propulsores de cambios científicos, económicos y sociales. Se trata de la victoria del sentido crítico. A pesar de ser menor proporción de la población, «esos locos eruditos» pocas veces no han conseguido avanzar a golpe de cansinismo. Resulta que, aún siendo menos, quien lucha por algo resiste más que quien no lucha por nada.
Aceptarlo no es rendirse
Si alguna vez crees que te incitan a ser peor persona con la hipótesis de que eres “demasiado buena/o”, piensa que no, que no estás sola/o. Que hay muches que dedican su vida a la mejora de este mundo y, muches otres que no lleguen a eso, hacen todo lo que está en su mano para que su pequeño mundo mejore.
Y no pasa nada por aceptar lo siguiente:
- Que la justicia no es siempre justa, solo aspira a serlo a veces.
- La libertad a veces se desvirtúa de forma retorcida para intentar ser comprada a través de likes o dinero.
- Y que la igualdad aún no es igual en la mayoría de aspectos.
Pero que el pensamiento crítico seguirá aquí, y estos conceptos volverán a ponerse sobre la mesa una y otra vez, siempre, como se han tratado desde que el ser humano tiene noción de lenguaje y pensamiento. No cedáis.
El pensamiento crítico acaba ganando, aunque quizás en tu tema concreto no llegues a ver mejoras significativas, pero otres seguirán por ti.
Como siempre, la clave de la resistencia del pensamiento crítico es la educación.
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