Ilazki nos cuenta su experiencia luego de haber viajado durante un mes por la contradictoria isla de Cuba. Paisajes que se mezclan con una revolución que aún sigue vigente en cada conversación.
Sol, mojitos y playas. Seguramente, es lo que muchas personas se imaginan cuando piensan en Cuba. Otras, en cambio, relacionarán esta isla con el bloqueo que sufre desde hace años de los Estados Unidos, el propio bloqueo del gobierno a los cubanos y cubanas para que puedan salir libremente del país, la revolución de la que tanto se sigue hablando, etc. Cada persona tendrá su imagen de Cuba, isla amada y odiada a partes iguales. A mí me está costando asimilar todo lo ocurrido durante el mes que hemos estado viajando por aquellos rumbos. Han sido muchas emociones contradictorias las que hemos sentido día a día. Y, aunque, han pasado varias semanas desde el regreso, aún estoy montando el puzzle de emociones y experiencias vividas.
Ser una viajera para mí es la mejor manera de conocer y disfrutar de cada lugar lejos de casa: dejarme llevar cada día por la atmósfera del lugar; tomar el tiempo para conversar con las personas que se me crucen por el camino; disfrutar de cada aroma y de cada delicia local que pueda degustar; ir de un lado a otro, sin nada previsto, pensando cada día a dónde y cómo ir. Las comodidades no son lo prioritario, sino las vivencias que vuelven conmigo en la maleta. Esa es la manera de viajar que me hace feliz y con la que más disfruto de los lugares. Aunque, eso no quiere decir que sea la manera más fácil.
Cuba es un lugar complicado, con muchas diferencias, limitaciones y una revolución ya desgastada que las nuevas generaciones no han conocido. Es un país que divide de forma muy marcada a personas locales y extranjeras: hay doble moneda (Peso Cubano Convertible (CUC) y el peso cubano; 1 CUC equivale a 25 pesos cubanos); dos líneas de autobuses de larga distancia (Víazul para personas extranjeras y Astro para locales); paladares que cobran en CUC y restaurantes del Estado que cobran en pesos cubanos. Esta división crea grandes diferencias entre la gente con dinero y sin él, entre la gente que trabaja o estafa a las personas extranjeras y puede conseguir los CUC y las que no tienen esa posibilidad. Por lo que, el objetivo de muchos locales es resolver su vida a costa de las y los extranjeros. Complicado, ¿verdad? Ser occidental y de tez blanca es sinónimo de ser un dólar andante. Esto ocurre en muchos países, pero en Cuba es mucho más llamativa esta situación. Ya que, el contacto con personas extranjeras es asegurarse un dinero o informarse de lo que hay fuera de sus fronteras.
Es difícil ser viajera, intentar entender su realidad, cuando las personas del lugar lo único que quieren es tu dinero. Por un lado, lo entiendo; pero no por eso me deja de doler. Soy consciente de que he tenido el privilegio de haber nacido en un país europeo con todo lo que eso conlleva; y que si estoy viajando por Cuba, como ha sido el caso este año, tengo el suficiente dinero para poder vivir relativamente bien en mi país, pero me gustaría sentirme persona, y no Banco Internacional. Supongo que son las consecuencias del turismo masivo de los últimos años y obviamente, de las diferencias económicas, políticas y sociales que hay entre los países de este mundo tan injusto en el que vivimos.
Dejando las diferencias a un lado, ha habido momentos increíbles, mi pareja y yo hemos visitado lugares tan hermosos como Baracoa y Gibara; fuimos en coche de caballo con el panadero del pueblo que iba de casa en casa vendiendo el “pan duro o suave”… Y, el mero hecho de tener la oportunidad de salir de nuestro país, de conocer otra sociedad, otra cultura, ya es un privilegio. Durante los últimos años, hemos podido viajar a países europeos, asiáticos y latinoamericanos en los que nos hemos sentido a gusto, felices de estar conociendo otro lugar. Pero esta vez teníamos la continua sensación de tener que estar alerta durante todo el día.
Al viajar de manera independiente, sin tours ni guías prefijados, hemos tenido la oportunidad de ir creando nuestro propio viaje día a día, dependiendo de los mapas que íbamos consiguiendo en cada ciudad o pueblo, de lo que nos indicaban en las casas particulares… y hemos tenido la suerte de poder ir desde una punta a la otra de la isla parando en montes, playas, ciudades y pueblos. En el campo, la gente ha sido mucho más amable que en las ciudades y hemos podido escuchar y ver cómo vive la verdadera Cuba:
Hay muchas diferencias entre personas cubanas que tienen familiares en el extranjero y las que no la tienen; pero lo que sí que es cierto es que todas las personas tienen el mínimo para poder vivir dignamente. Sí que hay muchas personas pidiendo dinero o jabones, pero no hay nadie durmiendo en la calle; lo que en todos los demás países que he visitado o en el mismo en el que vivo ver gente viviendo en la calle, sin trabajo, sin nada que comer durante todo el día es lo “normal” y además, cada vez son más, por las crisis y por los recortes que se están llevando a cabo en los últimos años. Y, por el sistema capitalista e injusto en el que estamos inmersos, el mismo que crea desigualdades sociales, ecónomicas y políticas.
Cuba se ve en el extranjero de mil maneras y se le critican muchas más cosas que al resto de países (capitalistas): el partido único que gobierna el país, la falta de diversidad de los medios de comunicación, etc. Pero, también tiene muchas cosas que en otros países no existen y que son imprescindibles para que la gente pueda llevar su día a día con dignidad. Todas las personas tienen acceso a la educación y a la sanidad gratuitas, tienen un mínimo de comida al mes, ropa y casa sin hipoteca ni alquiler. Con mil variantes y situaciones que pueda haber, pero es mucho más de lo que en otros países tienen las personas por simplemente, haber nacido.
Aunque, después de haber estado un mes dando vueltas por diferentes zonas de la isla y hablar con todo tipo de personas, la sensación que tuvimos es que no valoran lo que tienen, ya que lo que ven por la televisión o en las personas que llegan es que tienen sus ordenadores, ropa nueva, coches, etc. y es eso mismo lo que quieren: lo material que no han tenido la opción de obtener durante más de 50 años. Como siempre ocurre, queremos lo que no tenemos y no valoramos lo que sí tenemos. Es entendible y humano.
Quizás parece que por cada situación injusta que describo, me justifico con algo justo o bonito. Y sí, es así. Pero porque el viaje ha sido así, contradictorio. A lo que un día nos parecía muy injusto, al día siguiente le veíamos la otra cara de la moneda y nos dábamos cuenta de que también existía su lado bueno. Una persona nos decía lo malo que era el gobierno cubano, y al día siguiente otra lo veneraba por al menos, poder vivir dignamente.
A pesar de la tensión y de la contrariedad con la que he vuelto, me quedo, como siempre, con los buenos momentos: nuestro colega el panadero, los días de tranquilidad en Baracoa, el baño en el río Yumurí, beber cocos y cacao al desayunar, observar pelícanos en la bahía de Cienfuegos. Cuestionarnos y dudar. Y viajar.
15 Comentarios
Egunon Ilazki, me ha gustado tu artículo, desde lo vivido, con sus contradicciones y con intención de poder entender una realidad compleja. Eskerrik asko guri argi apur bat bidaltzeko hango errealitatearena
Mila esker Biotz!
Pozten naiz artikulua gustatu izanaz. Ha sido difícil hacer una reflexión en un sólo artículo y quedan muchas situaciones y conclusiones en el tintero, para otra vez…
Eskerrik asko! 😉
me gustaría ir a Cuba. Es un sueño desde mi adolescencia más temprana: desde muy chico me interesó esa revolución particularmente. Y la verdad es que conozco a un par de personas a Cuba de turistas y hablaron mal de cuba; y conocí a un par de cubanos que hablaron maravillas de allí. Mi pregunta será: que pasaría si ellos vinieran a ver nuestros países de América y Europa, donde la gente labura por un sueldo casi como «la bolsa o la vida», que la educación excluye a mucha gente y son los menos quienes la reciben, que la salud pública es una miseria y la privada un privilegio de unos pocos, que los propietarios se cuentan con las manos mientras que la renta y alquiler amasa millones y millones al mes (sep, al mes), y que, de hecho, son muchos y cada vez os que no tienen trabajo digno para ganarse el pan que comen o no comen… creo que, en algunos aspectos, no ven que lo que no tienen no es culpa de su gobierno únicamente, sino de todo un orden internacional organizado e ideológico…
Hola Atila,
Es difícil entender una realidad desde fuera, y aún yendo a los lugares, al cada uno y una tener sus ideas, prejuicios y pensamientos, siempre es una aventura personal la que vivimos. Yo también conozco a mucha gente que le ha encantado y a otras muchas personas que no les ha gustado. Pasa lo mismo con todos los países… depende de lo que se espere cada quien de ese lugar o de ese viaje, la opinión varía. Espero que al final tu sueño se cumpla y puedas visitar la isla, para que así tengas tu propia opinión y disipes tus dudas. 😉
Gracias!
La verdad es que hay muchos pasajes de la nota que no me cierran. comentarios como » Pero esta vez teníamos la continua sensación de tener que estar alerta durante todo el día.» o «Ser occidental y de tez blanca es sinónimo de ser un dólar andante. Esto ocurre en muchos países, pero en Cuba es mucho más llamativa esta situación. Ya que, el contacto con personas extranjeras es asegurarse un dinero o informarse de lo que hay fuera de sus fronteras.»
Vamos por favor!!!! que tiene esto de distinto de la bella y honorable europa!!!
lo que me encanto es el dibujo de carmen
HOnestidad brutal..
NO me gusto la «nota ¡¿periodística??
Buenos días,
Antes de nada, Pachi, quería aclararte que esta no es una nota periodística. Como se puede ver desde el principio de la nota, hasta el final, es una mera reflexión sobre un viaje que hice a Cuba este verano. No se puede comparar, y yo no he comparado. Ni digo que Europa es mejor, simplemente son reflexiones y sensaciones del viaje, y son reales en mí. Ya a partir de ahí, cada persona que haya estado en Cuba tendrá sus pensamientos y sensaciones.
si pero a lo que en fin se refiere y quiere tratar de explicar… es que los cubanos tienen un pais hermoso y viven bien.. pero no se conforman con lo que tienen .. ella nunca hablo.. que cuba vive mal alcontrario dijo que en cuba se vive bien.. pero hay desconformismo de parte de los cubanos … por que ..no pueden obtener cosas materiales
La felicito por el viaje, pero la invito a que viva en cuba, para que puedas ver mas serca la realidad de mi pueblo….si me pongo a debatir sus conclusiones vanales, no acabaria nunca, asi que la convido a que deje su vida capitalista de caviar y se valla a vivir alla, despues venga y me relata su nueva experiencia…
Vivi en cuba 38 años, no se lo deseo a nadie….abrazo..
Hola Juan,
Simplemente, le pido respeto a la hora de opinar. Ni vivo en un país capitalista de caviar, ni pretendo vivir en Cuba. Mi lucha está en mi país, que ya tenemos suficiente trabajo con luchar por tener una vida digna, por trabajar y por combatir la corrupción y otras tantas injusticias que tenemos que sufrir las y los ciudadanos; que no comemos caviar.
Este post es una reflexión sobre mi viaje, y es real desde mi punto de vista, ya que es lo he vivido y sentido durante el mes que ha durado el viaje. Obviamente, cada persona que viva o haya estado en Cuba, tendrá su propia opinión, teniendo en cuenta sus vivencias, y muchas de esas opiniones, serán contrarias a la mía. Y son totalmente respetables. Está claro que en un pequeño artículo no se puede argumentar, reflexionar y explicar la complicada realidad de un país, por lo que quedan muchas cosas sin decir. Pero es que este artículo no pretende ser una investigación sobre la realidad de la isla, al contrario, es una reflexión sobre unas vivencias concretas y muy personales.
Saludos y gracias.
Viva Cuba. Me parece fascinante que un país totalmente aislado del capitalismo sádico y obseno de hoy en día, pueda seguir garantizando a su gente lo básico: vivir, tener derecho a vivir, que implica no morir de hambre, o ser ignorado en un hospital por no tener dinero, o morir sin saber siquiera leer. Los países en «vías de desarrollo» (llámese así a los países que están bajo el yugo de las grandes potencias, en una carrera loca en pos de un progreso que sólo les es facilitado a cambio de sumisión y el saqueo de sus propios recursos) siguen permitiendo instalar mercados extranjeros. De modo tal que una buena parte de la gente puede tener sus laptos, sus tv LCD, sus smartphones, sin notar que al lado mismito hay alguien que carece de un plato de comida. Por mi parte, cambio todas las comodidades y espejitos de colores que me provee el capitalismo, por tener la certeza de que a mi lado nadie morirá de hambre, de frío, de ignorancia. Hay que tener cuidado cuando se habla de justicia. Lo que para uno es justo puede diferir mucho de otras personas que consideran justo cuidar su jardincito y que el de al lado no lo pise.
Muy buena la nota. Saludos
Gracias Sofía por el comentario.
Saludos 😉
Que envidia de viaje!!Me ha gustado leer las dos caras de la moneda y me ha encantado la reflexión que has hecho!Es cierto que es un país dictatorial y que no puedes salir libremente de allí, pero le veo algo muy bueno y es que como tu has dicho los derechos sociales los tiene cada ciudadano, y el hecho de que no haya personas durmiendo en la calle y pidiendo para comer, eso dice mucho de un país, sea o no una dictadura, lo importante es como tratan a sus ciudadano.
En mi opinión, esta sociedad cada día aún más capitalista me hubiese gustado no tenerla, ya que poco a poco nos estamos volviendo inútiles con tanta tecnología, y no sabemos valorar lo que tenemos y lo afortunados que somos, solo queremos mas y mas, y eso corrompe.
Gracias Rocio!
Sí, vaya mundo éste en el que vivimos, eh? Tendremos que seguir trabajando para que vaya mejorando poco a poco.
Un abrazo!
Me ha encantado el artículo! Seguid así chicas! Zorionak!
Eskerrik asko! 😉