Esto no es una historia de amor

Una Frida se pregunta cómo superar la relación de malos tratos que tuvo con un compañero de trabajo: «¿me violó o hicimos el amor? ¿por qué conseguía que fuera detrás de él?». Nuestra segunda Frida leyó nuestro artículo sobre apropiación cultural y tiene dudas sobre si hacerse un tatuaje de una cultura diferente a la tuya es o no utilizarla en tu beneficio.

Ilustración: Elisa Sancho

Hola, les escribo desde Lima – Perú. Antes de empezar con mi consulta quisiera agradecerles por la creación de Proyecto Kahlo. Constantemente leo lo que publican y todas las ideas nuevas que he ido aprendiendo me han ayudado a desprenderme de muchos parámetros.

Les escribo mi historia porque aún tengo confusión sobre lo sucedido. Es un poco largo porque he tratado de ser lo más detallista posible.

Hace ocho meses, en noviembre del año pasado, entré a trabajar a una productora como practicante. Era la primera vez que entraba como practicante a una productora audiovisual por lo que estaba con mucha ilusión. Mi puesto era la de editora de vídeo.

En los primeros meses me hice amiga de un chico. Él es el editor de vídeo corporativo, un puesto de mayor rango al mío. Durante los primeros tres meses nos hicimos amigos y solíamos salir después de trabajar. En febrero empezamos a salir oficialmente pero lo dejamos cuando terminó el mes. Todo estuvo bien hasta ese momento. La relación amical-laboral continuó de forma tranquila pero para finales de marzo su comportamiento empezó a cambiar. Se mostraba más seco, más distante, llegó incluso a insultarme una vez indirectamente, al mismo tiempo que oscilaba con momentos donde se mostraba tranquilo y alegre como solía ser. Yo estaba hasta ese momento tranquila, preguntándome por qué tendría de pronto esa actitud. Por ese tiempo conoció a una chica y empezó a salir con ella. Yo seguía siendo su amiga como siempre. Por ese tiempo él empezó a buscarme pero con fines más sexuales. A veces jugábamos o nos dábamos caricias, pero todo era consentido y con plena consciencia de lo que significaba. Dos veces específicas él me buscó y yo le seguía el juego hasta que llegaba un punto en donde le decía que tenía miedo y paraba. La segunda vez también fue igual y recuerdo que, como un impulso interior empecé a decir no repetidamente. Recuerdo una semana en especial cuando empezó otra vez con las conductas distantes pero esta vez eran más obvias. Si antes almorzábamos juntos siempre, esta vez se iba y no decía nada o se iba a comprar sólo, sin avisarme. Yo tomé esto deportivamente, como actitudes que no tendrían que afectarme. En ese tiempo no llegó a insultarme directamente pero tenía actitudes un poco hostiles hacia mí que empezaban a hacerme sentir mal. Sumándole a esto estaba que en mi trabajo, en esa semana, me encargaron la edición de un video un poco más difícil a lo que yo acostumbraba, por lo que me sentía vulnerable. Como él se había distanciado y en esos días me hablaba menos, yo empecé a extrañarlo y mis sentimientos de cariño hacia él se hicieron un poco más fuertes. El jueves de esa misma semana, a la hora de la salida, ya no había nadie en la oficina. Cuando salí del baño, él se me acercó y me dio un abrazo y empezó a acariciarme. Al principio tuve pensamientos fugaces como «te extraño» o «te quiero» que después desaparecieron. Esa vez no lo detuve. Creo que esto ya se considera como una relación sexual aunque no hubo coito. Creo que es importante resaltar que esta fue la primera vez que he tenido una relación sexual. Cuando terminó todo, él subió para ir al baño y yo me quedé un poco desconcertada de lo que había pasado, lo cual no quiere decir que el momento no lo disfruté, pero cuando terminó todo empecé a temblar y recuerdo que mi primer pensamiento fue «para esto fue todo eso» refiriéndome a su actitud seca. Yo subí al baño también y él me dijo «Si quieres esto no tiene que volver a pasar» y me quedé pensando, mirando al piso. Traté de calmarme y para cuando salimos ya me sentía tranquila. Incluso fuimos al parque conversando de lo sucedido. En el camino a mi casa recuerdo que empecé a sentirme mal pero no sabía por qué y cuando llegué a mi casa me puse a llorar. Al día siguiente me enfermé y el sábado me llevaron al hospital. Recién ese día lo deduje, lo que había hecho era una «viveza» (engaño, mentira). Pero lo dejé ahí. Cuando volví a verlo el lunes, no le dije nada sobre el asunto, no me quejé, no le pedí una explicación. Quería evitarlo, pensaba que eran ideas mías. Volvimos a tener la relación de amigos que habíamos estado teniendo y durante los dos meses siguientes no volvió a mostrar esa actitud distante tan evidente.

En esos dos meses siguientes empecé a sentirme cada vez peor. Él seguía saliendo con la chica que mencioné. Yo trataba de estar bien, sin darle importancia a lo sucedido, para enfocarme en mi trabajo. De pronto me di cuenta que me sentía diferente, que estaba confundida, que mis sentimientos habían cambiado y que sentía una especie de atracción muy fuerte hacia él, como una especie de enamoramiento, un deseo fuerte de estar con él. Empecé a tener otras actitudes: le compraba comida o lo escuchaba más atentamente y me preocupaba más por su bienestar. Aún así, no le dije nada de esto pues pensaba que a pesar de sentir ganas de estar con él como su pareja, eso no era verdadero, pues cuando salí con él, hubo muchas cosas que no me gustaron y que sabía podrían hacerme daño en caso de estar en una relación.

Le conté a una amiga del trabajo y me dijo que sería mejor que dejara de tener esas actitudes hacia él y le hice caso. Él lo notó y a veces se quedaba un poco desconcertado. Yo creo que él era totalmente consciente de que estaba «en sus manos» y el trato que empezó a darme fue como al de un perrito. Él me contaba sobre su cita, seguíamos compartiendo cosas e incluso él recordaba algunas cosas sobre lo que había sucedido de manera graciosa, a lo cual yo respondía con una sonrisa pero por dentro prefería no hablar de eso pues el recuerdo de esa experiencia me molestaba un poco.

El siguiente mes, cuando él formalizó su relación, yo empecé a sentirme mal anímicamente, pero seguía tratando de estar enfocada en mi trabajo. Por ese tiempo empecé a buscar información sobre lo que podría haber pasado. Empecé a leer mucha información sobre la manipulación y el narcisismo. Todo eso me llevó a atar cabos pero aún así pensaba que eran ideas mías, que él no haría algo así. Confiaba en él y lo quería. Durante ese mes mi rendimiento empezó a decaer y llegué a tener dos llamadas de atención. En un momento realmente ya no podía trabajar ni concentrarme.

Mi amigo seguía acercándose para contarme cosas de su enamorada o a mostrarme regalos o dibujos que le hacía, a pesar de que por dentro sentía muchos celos y muchas cosas, aguantaba para tratar de estar bien y mostrar que no me afectaba. A veces volvía a mostrar un comportamiento seco, a veces me respondía de mala manera. Incluso una vez hizo un berrinche, exclamando que en esa oficina se iba a hacer lo que él quería. Volvía a oscilar entre buenos y malos tratos pero esta vez de manera menos evidente. Cada actitud de él me perturbaba en mayor o menor escala. Empecé a sentir dolores de cabeza, dolores de estómago, cansancio, estrés, ansiedad, tristeza y era más constante que llegara a mi casa a llorar.

Una de mis amigas me dijo que él era un hombre tóxico y que nuestra relación me estaba haciendo daño, que hablara con él sobre lo que había pasado. Al final él mismo se delató, me dijo dos frases que me dieron a entender que en verdad él sabía perfectamente lo que había hecho. Quería creer que no era así. Cuando hablé con él lo primero que le pregunté fue por qué me había manipulado. Lo negó, intentó dar explicaciones pero le plantee todo de manera lógica y con muchas preguntas para que se diera cuenta que no había forma de taparlo (él tiende a tapar mucho sus vivezas). La charla fue infructuosa, pues sólo sentí una gran decepción de él, que nunca me había querido y que sólo me había usado para reafirmar su ego o para demostrarse que podía salirse con la suya nuevamente.

Debido al cansancio que sentía pedí dos semanas de descanso médico, la razón que di fue que tenía un problema estomacal pero en verdad era más por todo el agotamiento anímico que sentía. Cuando volví, un chico nuevo había tomado mi puesto y empezaban a recortar personal. Yo planeaba quedarme a pesar de todo y mantener una relación estrictamente laboral con él. Pero después de dos semanas me despidieron diciendo que el cliente que yo tenía ya no manejaba tantos contactos y que no podían contar con más personas.

Un mes después de salir, busqué los servicios de una psicóloga y ella confirmó mis sospechas. Él si había manipulado, pero al parecer fue más una manipulación de entorno. Dentro de todo el iceberg de la violencia sexual esto es sólo la punta, ya que hubo un consentimiento por parte de ambos y se permitió. Que en realidad no soy víctima ni victimaria. Tampoco soy un objeto sexual pues hubo cierto afecto por parte de ambos. Que eso fue jugar con una persona. Utilizó mis sentimientos de cariño para que cayera en una trampa y terminara aceptando algo que en otras circunstancias hubiera evitado. Me he sentido muy mal en estos últimos tres meses. Por la relación con este chico, por sentir que he sufrido una especie de engaño, de mentira. Por sentir que todo esto influyó mucho en que perdiera mi trabajo. Por haber confiado. También me siento muy mal que una de mis primeras veces haya tenido que ser así. Imaginarlo vanagloriándose que él me quitó la virginidad o que «me volvió nasty» (a él le encantaba decir esas cosas de otras chicas vírgenes a las cuales les había hecho lo mismo).

En las últimas semanas he buscado más información y encontré varios textos sobre el consentimiento libre y sobre lo que se califica como violación. Que no sólo es aquello que imaginamos (el agresor desconocido en un callejón oscuro). Que también hay formas de violación que suceden a menudo y que la mayoría no se toman como tal por falta de información. Dentro de estas formas estaría lo que es manipulación o juegos mentales y que eso en verdad no se califica como consentimiento libre, sino como violación. Todos estos conceptos nuevos me abruman un poco y no sabría definir si lo que me pasó es o no violación.

Al mismo tiempo también siento cierta culpa por haber tenido una relación con una persona tan machista. Creo que él es un hombre maltratador en potencia pues tiene muchas características que las cubre muy bien (ser manipulador, controlador, mentiroso, celoso e incluso agresivo). Me da mucho miedo imaginar qué hubiera pasado si seguía negándome, qué habría hecho él para conseguir lo que quería. Me da miedo conocer nuevos chicos, confiar en ellos, pensando que sólo van a jugar, que podrían engañarte haciéndote creer que realmente quieren una relación más seria cuando sólo van por sexo para luego desaparecer, que van a jugar al «pulséala y tíratela» (esto son jergas en mi país. La traducción podría ser «te hablo bonito, te hago creer cosas o te insisto para solo tener sexo y desaparecer»). Aún tengo mucha tristeza y mucha cólera por lo sucedido. Hay días en donde estoy mejor y otros donde tengo recaídas. Todavía estoy en busca de asesoramiento legal para determinar si esto fue acoso laboral.

Desearía que pudieran brindarme alguna guía sobre lo que ha pasado, de si dentro de esto existió violencia de género, si realmente se considera como una violación. Deseo estar bien y aclarar de una vez que pasó para que esto no se me quede como un bloqueo o trauma que pueda resurgir de pronto en mi vida y afecte mi decisiones de futuro. Saludos

 

Hola,

Gracias a ti, por estar ahí, al otro lado, por seguirnos, por visitarnos, y sobretodo, por confiarnos tu historia.

Según lo que me cuentas, a nivel psicológico, como ya bien te comentó la psicóloga a la que visitaste, sufriste una manipulación a través de los sentimientos más que a nivel físico como tal. En cuanto a sufrir acoso laboral, parece obvio que desde el primer momento lo fue, lo que no podría determinar es si a nivel legal se considera como tal, ya que al haber sentimientos por tu parte suelen utilizarlo como excusa para invalidarlo. Sin embargo, si lo piensas, tú simplemente hiciste lo que te apeteció en cada momento, creyendo que a ese chico le gustabas igual que él había empezado a gustarte a ti, pero eso no le da derecho a hacer contigo lo que le viniera en gana. Hay personas que ante situaciones violentas o de amenaza se quedan paralizadas y no saben de qué manera actuar ni como barajar la situación y si quieres que haya cambios positivos en ti para evitar posibles situaciones de maltrato en un futuro, ahí precisamente es donde tienes que trabajar. EL hombre machista se cree con el poder de piropear, acariciar, tocar,… y hacer lo que le plazca con una chica y no hay más razón que la creencia de ser superior a ella, en tu caso, al tener un puesto de mayor rango que el tuyo, doble motivación para sentir ese morbo. Las mujeres por nuestra parte somos educadas también en el machismo y la no reacción es fruto de los valores que nos inculcan desde pequeñas de que somos objetos para el hombre y debemos cuidarle, servirle y proporcionarle placer, ese valor de sumisión sutilmente inculcado puede ser el motivo de que cuando un hombre “se sobrepasa”, la mujer en lugar de plantarle cara y decirle que no le gusta esa actitud suya, se deja hacer e incluso experimenta sentimientos de placer y de enamoramiento, algo parecido al síndrome de Estocolmo que experimentan las personas que son secuestradas hacia el secuestrador.

Preguntas que si es una situación de violencia de género, la violencia de género es toda conducta violenta que se propicia a una mujer por el simple hecho de serlo, la conducta violenta no solo es maltrato físico, sino psicológico, chantajes, gritos, piropos, tocamientos,…. y te planteo una pregunta ¿esa misma conducta de gritos, acercamientos y cercanía la llevaba a cabo con otros miembros de la empresa varones? ¿y con otras chicas dentro de la empresa? Lo pregunto porque si a la primera pregunta la respuesta es negativa, puede que tal vez no hayas sido la única chica a la que él haya acosado dentro de la empresa y eso es un tema de gran envergadura, de ser así, estaríamos ante un caso de violencia de género, aunque habría que analizar más en profundamente la información y conocer más datos sobre la situación.

Mi recomendación como profesional es que una vez tengas el asesoramiento legal necesario barajes la posibilidad de formalizar una denuncia y de indagar con otras compañeras si ellas también han sufrido episodios similares. En segundo lugar, te aconsejo que comiences a mirar hacia delante, que te plantees actividades que te hagan sentirse bien y mantenerte ocupada, estudia, busca un nuevo empleo, sal a pasear, cambia de ciudad si es necesario,… intenta no focalizarte tanto en lo que pasó ni en buscarle un nombre para sentirte más tranquila, porque ¿sabes? Sea lo que sea, NO FUE CULPA TUYA, créetelo porque es la realidad. También que continúes con la terapia psicológica, por lo que me transmites sería importante que potencies tu autoestima, me da la sensación de que te quieres muy poco, tienes que aprender a valorarte, a quererte y a no tener miedo. Quizás no haya sido una buena manera de descubrir tu sexualidad pero por suerte no todos los chicos son así 🙂 Una vez que te hayas conocido y enamorado de ti serás capaz de enamorarte de un chico y de mantener una relación sana con él, así como de afrontar cualquier situación de violencia machista que pueda sucederte en un momento dado. Deja de lamentarte y ponte manos a la obra, eres una chica magnífica, ¡estoy segura! y te mereces ser feliz, pero eso solo depende de ti 🙂

¡Muuuuuuuuakkk!

Vero M.


Lo primero, siento mucho las molestias. El otro día leí el artículo sobre apropiación cultural de vuestro blog, y me pareció muy importante e interesante. Por esto mismo, me gustaría comentaros una duda que tengo, para no hacer nada que pueda ofender o que sea apropiación cultural.

Un amigo quiere tatuarse el nombre Godzilla en japonés en el brazo, pero él no es japonés. Me preguntó si se consideraba esto apropiación cultural, pero yo no soy nadie para contestar a eso, así que me pareció lógico buscar a alguien a quien poder preguntar (lo siento si os estoy molestando).

¿Tatuarse una palabra en japonés sería apropiación cultural? ¿Y tatuarse a Godzilla, que es un «personaje» de la cultura japonesa que surgió después de una catástrofe que afectó tanto, lo sería?

Muchas gracias por vuestro tiempo, de verdad. Y me encantan vuestros artículos, cada día siento que me educo un poquito más gracias a vosotras 🙂

 

Hola!

No creo que hacerse un tatuaje con el nombre de Godzilla sea utilizar una cultura en su beneficio, pero creo que es importante que esa persona como mínimo tenga conocimientos de lo que se está tatuando y creo que según lo que leí si que hay una conciencia sobre eso. Aunque siempre la persona que podrá darle una mejor respuesta sobre ello es una persona que pertenezca a esa cultura. Espero haber podido ayudar en algo. Un abrazo!

Dani.

 

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