Una de nuestras Fridas decide compartir con nosotres este íntimo y profundo poema
En boca de todos está el problema,
pero no se menta la solución.
Y se desborda la pena
y se apaga el ciclón;
se esfuma,
se deshace en cada una de estas letras,
como un cigarro se consume
desde el fuego hacia el hondo de tus pulmones, encharcados,
ya vacíos de pasión, asfixiados, ahogados.
¿Y no te repatea
tener que buscarte un “ella” para llorar?
¿Y no te condena
tener que ser un “él” para luchar?
¿No te frustra
tener que explicar qué o quién eres, sin parar?
¿Dónde te escondes
cuando te refugias en la cultura y no te encuentras,
porque nadie pensó en pensarte? Ni a ti
ni a otros más.
Decidieron abandonarte.
Y vives en una constante niñez:
¡Haz esto! ¡Pero no lo hagas!
¡Pero haz lo que yo digo!
¡Y no dejes que nadie te exprima!
Y sonríen con malicia y añaden “solo yo”.
Sus bocas fingen un “te quiero”,
pero sus ojos completan
“a mis órdenes”.
Y yo, que no quiero hacerte llorar,
me convierto en amenaza, en bomba;
y yo, que quiero que llores cuando te de la gana,
me echo a un lado.
Me aparto y te dejo elegir sufrir.
Te dejo sufrir, porque aprendí que
no quería ser eterna infante,
y por eso no soy comandante.
Te dejo sufrir, te doy la opción,
pa que aprendas a ser bomba, como yo.
Y un día detonaremos
y no habrá mal que por bien no venga.
Y habrá ciclón y tormenta,
y por tus pulmones,
habrá aire y prenderá chispa.
Explotaremos en todos los colores,
aprenderé lenguas para que
me escuchen hasta los detractores.
Y por tus pulmones
habrá aire y prenderá chispa,
y tu risa y tu llanto
y tus gritos y silencios, lentos;
y tu sonrisa, cada mañana,
será la revolución de cada día.
Por Irene Desastre, Valencia (España)
Puedes seguirla en su Blog: https://tiemposendesastre.
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