Columbus, o el escenario como personaje principal.
Kogonada es el nombre ficticio del director y artista estadounidense de origen surcoreano que dirige Columbus. Sitúa su primer largo de ficción en esta ciudad, y nos cuenta cómo Casey, una mujer joven que vive en la ciudad con su madre, se encuentra con Jin, cuyo padre ha sufrido un infarto y está en coma en el hospital. Éste es el detonante para acompañar a estos dos personajes en sus paseos por la ciudad y en las conversaciones que tienen sobre sus vidas.
Kogonada ha realizado anteriormente como artista muchas obras centradas en el estudio del cine. En su página web encontramos esos vídeos en los que Ozu, Linklater o el neorrealismo italiano ocupan su tiempo y sus formas. Pensar en esos tres referentes del cine hacen pensar que hay mucho de los tres en esta película. Por las secuencias con un movimiento de cámara casi imperceptible, los silencios, los planos largos estáticos, y las conversaciones metafísicas como ocurría con Antes del amanecer, y Antes del atardecer de Richard Linklater. A veces hay más información en los silencios que en lo que se dicen los personajes, y siempre con la arquitectura de Columbus presente.
Esta película es un regalo; por el trabajo de la actriz y el actor protagonistas, Haley Lu Richardson y John Cho. Por la sensibilidad con la que Kogonada desarrolla la historia, dejando incertidumbres y aclarando algunos detalles de las vidas cotidianas de los personajes de forma sutil (Kogonada en si mismo es un descubrimiento. En su cuenta de twitter siempre recomienda pelis diversas y pensamientos agudos). Por la belleza de esos edificios y su historia (para profundizar más en la arquitectura de la ciudad, este artículo de Ana de la Fuente es muy interesante).
Una película para una tarde de lluvia, o una noche melancólica.
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