Porque para quererse a una misma muchas veces hay que luchar contra viento y marea.
Que debo ser delgada, que no debo tener celulitis, que debo eliminar las arrugas, que debo ocultar las estrías, que las canas debo pintarlas, que así seré guapa, bella, sexy, que así debe ser una mujer, que así le gustaré a las personas, que así debo ser yo… Esos son algunos de los mensajes que todos los días azotan mi cabeza y que, sin querer, me he creído más veces de las que me gustaría reconocer.
Aceptarme y amarme como soy es una lucha que empiezo y termino todos los días, que emprendo desde que tengo conciencia. Cada día me levanto y escucho o veo mensajes de lo que debería ser, de cómo debería verme y de lo que debería hacer: Comprar, untarme, comer, beber y demás para lograrlo. Lucho cada día contra esas equivocadas ideas que mucho me han lastimado, lucho contra esa imagen distorsionada en el espejo por mensajes comerciales y terribles sobre la belleza que no me permiten ver lo guapa que soy en realidad; porque lo soy, soy una guapa, aunque muchas personas no lo vean así, aunque yo no logre verlo siempre.
No, no creo que exista UNA belleza. No creo que la belleza consista en ser un esqueleto forrado de carne, en tener una nariz fina, en ser blanca. Tampoco creo que deba luchar por conservarme joven y que las estrías o la celulitis me hagan peor persona. No, no lo creo.
Me tomó mucho tiempo entenderlo y siento que a veces no logro hacerlo del todo, no sólo por esos mensajes comerciales que me bombardean todo el tiempo, sino por los mensajes cotidianos de personas cercanas como Qué guapa te ves hoy, te ves muy delgada. ¿Qué? ¿Si no me veo delgada no me veo guapa? O el típico: ¿No vas a ir a correr hoy? Como que te hace falta. Pues ¡no! No voy a correr hoy porque no se me da la gana, porque después de diez horas de trabajo solo quiero llegar a acostarme, a dormir, a mirar tonterías y a olvidarme de todo.
En fin, queridas y queridos, amarnos no es sencillo, sobre todo porque creo que nos han enseñado a que antes de amarnos debemos amar a otras y otros, y ser amadas por ellas y ellos. Quizás por eso la imagen en nuestros espejos está tan distorsionada, porque pasa por muchos filtros y la última mirada es la nuestra. Pues aprendamos a vernos en el espejo, con nuestros defectos y virtudes, con esas bellas imperfecciones que nos hacen únicas, reconozcamos nuestra guapura, no permitamos que no nos dejen verla.
Eloísa
11 Comentarios
Interesante reflexión, pero entonces la lucha no es «contra el espejo»: finalmente el espejo no es el culpable de mostrar lo contrario a lo que la sociedad machista impone como perfección, la lucha es precisamente contra ese sistema que alimenta el machismo social como mecanismo de opresión y garantizador de dinamismo para una parte de su «circulo virtuoso» aplastando toda naturalidad del ser humano. El espejo muestra aquella naturalidad, lo realmente valioso.
Me agrada mucho lo que acabo de leer todas las mujeres tenemos que tener en la cabeza que los kilitos de mas o las arruguitas son parte de la vida y pues que hay que mandar al carajo todos esos estereotipos que nos bombardean por television, revistas etc.. 😉
que tal, me encanto esto, la verdad es muy dificil con tanto que nos rodea. Siempre me dicen es por salud, claro es por salud!! pero no dejan de decir primero asi te vas a ver mas bonita… y mejor!!?? siempre les digo que si algun dia hiciera ejercicio y bajar seria por salud para mantenerme sana y sin enfermedades, pero a veces pienso que tan cierto es esto, de verdad lo hacemos por salud o porque todo eso que nos dicen lo hemos interiorizado demaciado. Lo que mas me molesta es que, si yo soy talla Mediana y siempre uso grande o extragrande porque no me gusta que me apriete!!! toda la ropa aprieta porque!!?? porque la ropa tiene que ser tan pequeña y perpetuar los estereotipos de estar flaca! … en ocasiones esto es lo que me pone realmente mal…
Esto es una mentira.
De las tantas mentiras que se inventan y desean creer estas mujeres que no son una cosa ni la otra.
Mujeres que, frente a las conductas masivas femeninas, en vez de analizarlas y, comprendido que no favorecen el rol más equiparado que debería promover el feminismo, intentar convencer a otras de que no las hagan, en realidad las avalan y consienten aduciendo que ellas son «obligadas» por algun poder externo, generalmente vinculado a la organización siniestra que ellas denominan «patriarcado».
Pues, son mentiras.
La mujer ha aprendido en decenas de miles de años que para mejorar sus probabilidades de supervencia y aumentar las de sus crías, debe ascender en la escala social.
Y aprendió que ello se logra enamorando al macho dominante o mejor posicionado en la escala.
Y tal logro se obtiene atrayéndolo mediante el poder sexual.
Ese conocimiento se ha transmitido en las generaciones y es la base del rubro comercial «belleza», tanto como de todas las conductas seductivas-provocativas femeninas.
Al ser una conducta atávica tan antigua, las chicas cuando llegan a la pubertad ya tienen una carga genética como cultural tan importante que, aún sin razonarlo, comienzan a preocuparse por su apariencia, siempre en relación a lo sexual.
La publicidad comercial no inventa nada de ello ni fuerza a ninguna mujer a dichas conductas, sino que las aprovecha, amplifica y dirige a determinados productos y acciones.
Toma un substrato conductual preexistente y lo manipula para generar lucro a partir de él.
Por esa razón estas señoritas neo-feministas que tanto se quejan del «patriarcado» y aducen que son obligadas a mostrar las tetas, jamás dejan de hacerlo ni impulsan a otras a ello.
Continúan en esas conductas, inclusive reivindicándolas como «derecho», mas culpando al varón y, al mismo tiempo, castigándolo por reaccionar a los estímulos destinados a calentarlo.
Algunas quizás cambian los modos o los estilos, mas ninguna de ellas deja de mostrar piel al aire, escotes, culos, y de colocar toda la ornamentación corporal como valor preponderante en sus vidas.
Y la coherencia sería tan simple…
Si tanto les molesta que las «obliguen» a depender de la belleza, pues, basta con que comiencen a vestirse cómodas, a abandonar la cosmética y el maquillaje y a dedicar su dinero, tiempo y energía a funciones más importantes.
¿Cuántas lo hacen?
Pues las que pensamos que hay cosas más importantes en esta vida en las que gastar tiempo y dinero que en prepararse para «calentar al hombre». Lo hacemos muchas más de las que piensas.
Has descrito muy bien el patriarcado, enhorabuena. El problema es que la preocupación por resultar atractivas no es genética, por mucho que insistas en ello. Es cultural. Y la cultura puede ser objeto de modificación.
Por otra parte, ¿no has pensado nunca que las mujeres nos queremos a nosotras mismas, que a lo largo del día pensamos en otras cosas aparte de en atraer al macho, y que cuidamos nuestra apariencia porque nos gusta sentirnos bien con nosotras mismas? No todo gira en torno a vuestros penes.
Comparto con mines que la preocupación no es algo biológico. No todo gira alrededor de querer levantarse a un tipo. De hecho es muy notorio cómo hay mujeres con cuerpo de reloj de arena que aspiran a un cuerpo de modelo, y las modelos son más bien andróginas, no son pulposas, tenemos esa idea de belleza que no es muy sensual pero la ropa te sienta mucho mejor porque está diseñada para ese tipo de cuerpo. Y las mujeres se visten para verse mejor ellas mismas y para que otras mujeres las miren.
También resulta por ejemplo que para conseguir un mejor empleo muchas veces nos arreglamos porque la presencia es fundamental en esta sociedad. (Y es mucho más cruel con las mujeres, en la televisión ves a tipos gordos o viejos pero las chicas son todas jóvenes y bellas según el estereotipo actual).
He visto como hacen casting en las empresas, para cubrir puestos técnicos eligen también a los más supuestamente atractivos. Me lo han confirmado también amigos que trabajan para ministerios, esto de cómo la apariencia es casi tan importante como el conocimiento. Por ejemplo a una amiga la llevaban a reuniones importantes porque se vestía bien, como si fuera un decorado. Le pedían expresamente que se arregle porque venía tal o cual funcionario. No era promotora, era ingeniera! Y realmente si lo pensamos un poco es ridículo.
Me he sentido presionada desde la temprana adolescencia por verme supuestamente «bien» y cuando era joven pensaba que no lo había conseguido porque no me quedaba la ropa de las marcas de moda para adolescentes. Ahora viendo las fotos de esa época me doy cuenta de que estaba genial cómo me veía, y en ese momento no me daba cuenta. Pero toda esa lucha era para sentirme mejor conmigo misma y no tenía nada que ver con la mirada del afuera. Los chicos y mis amigas me consideraban atractiva por más que yo no pudiera verlo. Toda esa mierda no es genética, es cultural.
Muchas gracias por vuestros comentarios,me hacen mucho bien.
UN fuerte abrazo y gracias una vez mas.
Querida Alma, gracias por tus palabras, las hubiera podido escribir yo. Precisamente hoy entraba aquí en busca de comprensión. Tenia ganas de sentirme un poco acompañada y tus palabras lo han conseguido. Como dices no es fácil quererse, aunque algunas luchemos por crecer y liberarnos siempre tenemos momentos de flaqueza…son tantas las aguas que nos arrastran en contra dirección… Mi madre ha estado acomplejada con su cuerpo desde que la conozco, confirmo que ya estaba así antes, desde que tiene uso de razón no se quiere lo más mínimo, sobretodo por el tema del peso. En mi casa era muy frecuente verla llorar el sábado por la noche porque se arreglaba para salir a cenar, se miraba en el espejo, se cambiaba mil veces de ropa y no conseguía verse bien, finalmente salia con un jersey negro de cuello alto y una cara de moco horrible que fastidiaba toda la noche de supuesta fiesta.En las horas de las comidas había dos menús diferentes, uno para ella, verduras y filete a la plancha, y otro para los demás, fritos, pasta, arroz, guisos, lo que fuera. Crecí viendo las verduras como un sacrificio, si algún día aparecían en el plato de los demás era una experiencia casi traumática! a los 12 años la dependienta de la tienda de ropa me separaba las pocas prendas que le llegaban de talla XL y al entrar me decía, mira, tengo esto para ti! haciéndome sentir gordísima con solo 12 años…En la adolescencia todo eso salió a la luz con más fuerza, empecé a intentar vomitar, a buscar por internet «cómo ser anorexica sin que se enteren tus padres» He crecido, he llorado mucho por el tema, y a veces vuelvo a llorar, he conseguido quererme, pero a veces flaqueo y retrocedo, y vuelvo a ser incapaz de mirarme en el espejo, y en el fondo fondo, aunque me avergüence aceptarlo, sigo pensando que si fuera delgada seria mas feliz. Y entonces aparece la culpabilidad, como puedo sentir eso! una feminista supuestamente liberada como yo! que vergüenza!!y por una parte quiero ser delgada para estar más sana, no? y más guapa…o no? y por otra me da una rabia horrible dedicarle tanto tiempo (sobretodo mental) a este tema de mierda!!!!!!! seria perfecto poder hacer una hora de ejercicio cada día de la forma mas natural! sin pensar en perder peso, sin agobios, sin recuerdos, sin culpabilizaciones…pero no puedo. Y ademas cuando estoy en esta fase como más! como con ansiedad! cuando de normal tengo una dieta sana, equilibrada, sin sacrificios, con mucho placer! sin ansiedades…y ahora tengo una boda, y quiero estar divina, y me compro una falda artesana hecha a mano por unas chicas emprendedoras, y unos zapatos hechos en españa, y un tocado monisimo! y me veo gorda gorda gorda !! y mi pareja no me regala la oreja como me gustaria (no se si quiero o no quiero en realidad que lo haga) y me dice que claro, que es evidente que mas delgada estaria mejor, para que mentir!!! y yo se que es verdad!!! pero me duele escucharlo, y tengo ganas de enviarle a la mierda por no ser mas comprensivo, y por no decirme todo el dia que me quiere como soy, que me lo dice, pero no tanto como quisiera, y es que en el fondo nunca lo diria lo suficiente, porque el problema lo tengo yo dentro, y muy adentro, demasiado adentro. gracias por ofrecer un espacio donde sentirse acompañada y poder compartir sentimientos y emociones.
Querida Natalia, entiendo perfectamente lo que me cuentas. Fíjate que justo he andado en la pensada de lo difícil que puede ser nuestro feminismo y tener conciencia de género; sin embargo, no imagino mi vida sin estas gafas, sin esta perspectiva que me permite ver las cosas de manera diferente y me da herramientas para transformar mi realidad. Antes de esta conciencia, la lucha contra el espejo era más difícil, sentirte fea, gorda, que te hagan sentir eso todos los días, no podía, yo sentía que me ahogaba; hoy la lucha es más fácil, no solo por el feminismo también porque afortunadamente estoy rodeada de gente maravillosa (otra no tanto, pero bué) que me hace sentir muy amada por ellxs y por mi, eso es increíble Ü Lo de tu pareja, pues te cuento que una de las frases que uso en el texto me la dice mi compi de piso (que puede no ser lo mismo que la persona con la que te casarás pero que es mi compi de vida, que quiero y cuyas opiniones me pueden), y cada vez que eso pasa lo hablamos y no me queda de otra que decirle lo mal que me hacen sentir sus palabras o sus gestos, parece que eso lo vamos superando poco a poco, para esta persona las cosas tampoco son fáciles. Nos han enseñado que ser delgadxs es sinónimo de belleza y salud, deconstruir esas ideas (como las prácticas machistas) es muy difícil. Nos han enseñado ser para otrxs, y no nos han enseñado ser para nosotras, ahí es en donde debemos ser unas transgresoras, amarnos y gustarnos como somos, ¡¡la revolución desde adentro!! Me alegra saber que en el texto te reconocieras porque reconocernos en la otra, construye sororidad, yo me reconozco en tu historia 🙂 Te abrazo y te acompaño. Gracias a ti por leernos y seguirnos.
Como dice un amigo: la única persona que tiene poder real, que puede boicotear tu camino es la que te mira desde el otro lado del espejo…. tomemos conciencia de nuestro poder individual…
Somos perfect@s y únic@s en el Universo!!!
¡Así es! No hay que permitirlo, aunque la cosa no sea tan fácil, jo jo. Un abrazo.