Una Frida nos abre su mundo íntimo para contarnos por qué fue en lo colectivo que pudo darle nuevo valor a su historia y a la de las mujeres de su familia.
Una Frida nos comparte su experiencia de maternidad. A veces estamos acompañadas y tenemos todo resuelto a nuestro alrededor, pero aún así sentimos dolor o frustración.
Como las yeguas necesitamos del grupo para sobrevivir. Nos juntamos y, a través del relato autónomo, como el relato trans*, creamos nuevas historias que rompen con la historia oficial que nos quieren imponer.
Una Frida nos lleva de paseo por un juego, un juego de palabras que nos permite repensarnos a nosotras mismas.
Cuando cumplí 35 esas mismas preguntas que habían comenzado como una pequeña carga se convirtieron en voces, cada vez eran más fuertes, me gritaban. Yo ya no sabía qué hacer con ellas, simplemente intentaba no hacerles demasiado caso y seguir con mi vida. Pero sabía que en algún momento tendría que afrontarlas.
Mireia nos habla de la ciudad de papel, una ciudad utópica donde la naturaleza y las personas desplazadas cobran protagonismo.
Una Frida nos habla sobre la construcción y el recorrido personal que hizo en el feminismo y sus aprendizajes. ¡Un muy buen texto para sentir que nuestra experiencia puede ser la de muches otres!
Paulina nos cuenta su experiencia de crecimiento y aprendizaje, de inspiración y de dolor en el mundo académico, sus exigencias, el placer de perfeccionarse y la constante mirada ajena.
Victoria nos plantea tres momentos diferentes en los que las redes y los medios perpetúan esa invisible pero omnipresente garra del patriarcado.
Ese fue mi contacto más fuerte, cara a cara con la muerte, la muerte física. Muchos años después, experimentaría mi muerte psíquica. Nunca imaginé que fuera posible, pero pasó.