¿Te quedaste con ganas de más anécdotas sexuales el mes pasado? Aquí tienes otra dosis de anécdotas curiosas de algunas fridas y kahlos de la redacción y de lectoras que se han sumado a contarnos.
Estaba teniendo sexo con un chico un poco bestia que además pesaba como el doble que yo -y los dos estábamos borrachos-. Noto que me resbalo de la cama. Cuando le voy a decir “me caigo” ya me había caído, y él cayó encima mío. En el suelo me empiezo a reír muchísimo y él me dice sofocado “pensaba que te habías desnucado”. En serio, el hostión fue épico.
Llevábamos semanas hablando por internet y ya me ponía cachonda, pero cuando descubrí en persona que tenía un piercing en la lengua y acento argentino no pude resistirme, se la comí allí en mi coche, sin elegir muy bien el lugar, no recuerdo si nos vio alguien. Tampoco me preocupaba.
Ella no me convenía, me dijeron que amarla era pecado, me enseñaban a odiarla; pero yo deseaba evadirme con ella, tocarla, acariciarla de arriba abajo, y, sin embargo, siempre aparecía nuestra enemiga Culpa. Hasta que aquella noche decidimos olvidarnos de ella y luchar contra todos los que querían separarnos. Jamás había disfrutado igual con alguien. Jamás había sentido tanta conexión. Aquella noche comencé a conocer mi cuerpo, aquella noche comencé a quererlo, pues ella era yo.
Hace ya tiempo, y durante bastantes años, en la cama o se partían de risa al verme o me quitaban la ropa interior rápidamente. El problema es que nunca me compraba bragas, siempre me ponía las que te van regalando cada navidad-cumpleaños y resulta que a mi madre le encantaba regalarme bragas de dibujos animados; Pitufina, Alicia en el país de las maravillas, la Pantera Rosa, y Mickey Mouse entre otros personajes han sido mis bragas estrella. Esas bragas con las que mi actual pareja se ha echado hasta conversaciones en el dormitorio, y por las que mis amigas me repetían “ tía, es el plan secreto de tu madre pa’ que no folles”.
Recuerdo con cariño aquellos polvos tan exóticos que me echaba (siempre mandaba él) mi amante del desierto. No sé si era la diferencia cultural, pero aquello era otra cosa, las cosas funcionaban de otra manera al resto de sexo que yo había tenido. Todo pasaba a cámara lenta como en una jaima en mitad del Sáhara, las caricias eran más lentas y diferentes y los orgasmos más intensos.
La primera revista porno que vi en mi vida fue por accidente: tendría unos 10 años, mis abuelos tenían una caja grande llena de fotos de la familia y yo me dispuse a verlas todas. Cuando llegué al final de la caja vi una revista, la saqué y salía una mujer desnuda en la portada, la abro y me encuentro con fotografías de mujeres con sus piernas abiertas y mostrándome sus vulvas. Nunca había visto una vulva tan en primer plano, yo no entendía nada pero sentí un calor que empezó a recorrerme el cuerpo, mi corazón comenzó a latir muy fuerte, fue una sensación de excitación y de vergüenza al mismo tiempo. La escondí rápidamente antes de que alguien me pillara. Me hace gracia pensar en la situación porque la guardaron ahí para que nadie pudiera encontrarla y no creo que jamás imaginaron que su nieta sería quien lo haría.
Era arqueólogo, bastante mayor que yo y con un próspero negocio, pero follamos como adolescentes en la parte de atrás de su furgoneta cuando descubrí que llevaba puesta la camiseta de Bob Esponja y un sólo calcetín de Los Pitufos.
Una vez, después de una noche de fiesta, estábamos masturbándonos mutuamente en el portal de un bar ya cerrado. Comenzaba a amanecer, y un chico repartiendo periódicos cruzó la esquina y nos miró. Dudaba. Iba para adelante y para atras, paseando. ¿Un voyeur? No lo sabíamos así que paramos. El chico se acercó. “Lo siento, tengo que repartir el periódico en este portal”. Se disculpó dos o tres veces. Después de que se fuera, seguimos.
A mí me pasó que cuando me desperté su habitación era rosa y la tenía decorada con casas de muñecas y barbies.
Otro clásico: follar en los baños de un bar. Para cuando sales hay una fila entera de chicas mirandote. Saben lo que has hecho, con sus ojos acusadores. Miras al suelo y cruzas lo más deprisa posible del bar.
Me enrollé con un hombre mayor que yo, casado, con muchas experiencias sexuales a sus espaldas… Vamos, creía que me había tocado la lotería. El día que vino a mi casa yo estaba excitadísima, pero cuando comenzamos a tener sexo me di cuenta de que no tenía los deberes hechos. Era de los de “a meterla”. Además no se había puesto un condón en su vida, me confesó. Y sí, me la quería meter sin condón. No tenía ganas de andar educando a nadie, así que nunca tuvimos sexo.
Estaba haciéndole una mamada a mi chico, él tumbado. Cuando eyaculó, no sé si por la postura o porque él estaba excitadísimo -o ambas-, me salió su semen por la nariz.
Estaba tonteando dentro del portal con mi nueva pareja. En determinado punto nos excitamos mucho y yo, sin pensármelo dos veces, me puse a chupársela allí mismo. Justo cuando se estaba subiendo la cremallera y yo adecentándome entró un vecino por la puerta. 10 segundos antes y me pilla en plena faena.
¿Habéis probado alguna vez una polla con sabor a queso rancio? Porque yo sí.
Descubrir que haces squirt mientras te duchas es muy raro. Notas que eyaculas pero no logras ver nada y es un poco frustrante. Pero hasta la presente mi amiga alcachofa de la ducha ha sido la única que ha conseguido que eyacule. Mi amante debe ponerse las pilas.
Estaba entrando en mis 20’s, típco tener un amigo al que le cuentas todo, le presentas amigas y sales a fiestas. En una de estas fiestas, él salia con una chica, y yo igual salía con un chico que conocimos ahí… El alcohol se hizo presente. En una ida al sanitario mi amigo me siguió y yo al cerrar la puerta lo vi a él, me pidió entrar y no pude decir que no. Nos besamos tan apasionadamente que terminamos en la regadera cogiendo duro… Fuera una larga fila tocaba a la puerta pidiendo entrar. Como pude acomodé mi ropa y salí con el pretexto de estar muy ebria, él se quedó oculto en la regadera por un rato. Cuando pudo salir me buscó y nos fuimos de la fiesta a terminar lo iniciado. Después fuimos novios por 6 años.
Ilustración realizada por Lucie Charcosset (25), Francia. Ella reside en Montevideo (Uruguay).
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2 Comentarios
Sabes l oque les pasa a todasestas (suponiendo que sean estas) que tienen mas imaginación que experiencia real, porque si fuese real todo, ni lo contaban…
Claro, es imposible que entre todas las mujeres del mundo no le haya sucedido esto a ninguna, y menos que de atrevan a contarlo anónimamente por internet. Poca confianza tienes tú con tus amigas xD
El nombre de Vladimir es para demostrar que nunca has hecho nada de esto, no? XDD