Amanda nos propone hacer un precioso ejercicio para empezar esta nueva década cargades de nuestros propios conocimientos.
Cuando leas este artículo, ya llevaremos un tiempo viviendo en el año 2020, ¡una nueva década! En las noticias ya habrán hecho un resumen, más o menos aburrido, de todo lo que ha acontecido en el mundo en los 10 últimos años y habrán empezado las cábalas sobre en qué condiciones llegará la Tierra al 2030.
Sin embargo yo y mi taza de de té desteinado escribimos desde el frío hemisferio norte a días de acabar 2019, desde la ignorancia y la ilusión que suelen acompañar estas fechas de promesas por estrenar (e incumplir posteriormente). Estos días me permiten ponerme un poquito más reflexiva de la cuenta, y me he permitido animarte a hacer lo mismo y revisar conmigo tu última década. Ese es mi «humilde» plan y si has llegado leyendo hasta aquí, considéralo una señal, porque ahora también es el tuyo.
Los propósitos de año nuevo no son lo mío, lo tengo muy asumido. No porque los incumpla, sino porque me aburre hacerlos. Creo que los propósitos van muy bien para personas organizadas, con las cosas claras o semiclaras, ambiciosas y a las que les gusta planificar. Yo no soy esa persona. Yo me dejo arrastrar por las corrientes de la vida como un palito de corcho pelado, decido cosas en el último momento, doblo y escribo sin piedad en las páginas de los libros, y al final de la semana me pregunto si he comido proteínas suficientes para seguir viva. Soy esa clase de persona. La gente como yo no puede permitirse sentarse a programar una lista que nunca volverá a leer, pero sí que puede ponerse a hacer balance del último año, cosa que sinceramente, es la única que considero importante.
¿Cuántas veces has aprendido algo planificándolo y pensando sobre ello? ¿Cuántas veces has aprendido algo habiendo ya vivido la experiencia? Pues eso. Sé que esta comparación es muy pobre y simplista porque visionar el yo futuro ayuda a saber a dónde ir, pero el avance será igual de errado si no hemos aprendido de la experiencia antes. Revisar el último año es la clave para recordar dónde poner el foco la próxima vez.
Como estamos escribiendo bajo el ambicioso plan de revisar una década entera, vamos a ponerlo fácil. Existe un ejercicio -y si no existe, lo inventamos ahora- que consiste en escribir una carta a alguien que quieras explicándole todo lo que ha pasado. En este caso, imagina que hace 10 años que, por circunstancias de la vida, has tenido prohibido comunicarte con esa persona. ¿Qué vas a contarle?
En internet tienes muchas ideas sobre cómo planificar un ejercicio de revisión así. Logros, arrepentimientos, sorpresas, superación. Yo me voy a centrar en tres grandes bloques, para ponerlo fácil.
Aprendizajes
¿Qué tres aprendizajes has hecho en estos últimos 10 años que consideras los más importante de tu vida?, ¿cuáles han sido los momentos que más te han llenado de vida y cuáles lo que más te han costado?
Suéltalo, let it go, let it go
¿Qué pensamientos negativos, rencores y creencias limitantes quieres dejar atrás para empezar otra nueva década que puede ser la mejor de tu vida? (Si tú quieres que lo sea)
Consejos
¿Qué tres consejos te gustaría darle a tu yo futuro basados en todo lo que ahora sabes sobre la vida y lo que consideras realmente importante para seguir adelante?
Pues ya estamos en disposición de empezar, ¿te animas? Desde aquí te deseo todo lo mejor para este nuevo tiempo tan apasionante que vas a comenzar y me despido con un pensamiento que seguramente he repetido mil veces en artículos anteriores y ya adelanto que repetiré mil más.
De todas las personas que te rodean, tú eres la única,
la única,
la única,
la única,
a la que tienes que hacer feliz.
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