Cecilia nos invita a analizar ‘On The Rocks’, película escrita y dirigida por Sofía Coppola que nos habla sobre el amor y el humor de padre e hija.
Hacer la comida, llevar a las niñas al colegio, compartir con las demás madres todas las convenciones sociales, volver a su estudio para escribir -o al menos intentarlo-, recoger a sus hijas, controlar que se bañen o se laven los dientes, que se duerman a la hora apropiada, alegrarse por el enorme éxito de su marido. La rutina diaria de Laura es bastante tranquila y no dista mucho de la de cualquier madre joven de clase media profesional que puede dedicarse a su familia y a su trabajo sin demasiadas preocupaciones. ¿O no?
Una vida resuelta, ¿no es verdad?
Laura es la protagonista de «On The Rocks», la última película escrita y dirigida por Sofía Coppola. Interpretada por una adorable Rashida Jones, Laura nos hace sentir identificadas aún no siendo madres. Su vida es la que conocemos hoy en día como la típica vida de una mujer que debe combinar su profesión con su familia.
Casada con Dean (interpretado por Marlon Wayans), Laura acepta que el trabajo de su marido lo tenga mucho tiempo fuera de casa, de viaje en viaje, y que en gran parte de eso dependa el estilo de vida que llevan. Pero es eso lo que deja sobre sus hombros la responsabilidad del hogar y la familia. Convenciones sociales que podemos cuestionar en la teoría pero que luego son mucho más comunes de lo que pensamos, incluso cuando las aceptamos de buen grado y con voluntad.
En lo que parece una historia simple y cotidiana aparece un elemento también igual de cotidiano que mueve los hilos de los tres personajes principales. Lentamente, Laura empieza a asociar la ausencia de su marido en el hogar con una posible infidelidad. En tono colorido y con un estilo que nos hace acordar en gran modo a las historias contadas por Woody Allen, Sofía Coppola nos cuenta la historia de la duda que cualquier mujer (o cualquier persona en pareja estable) se ha planteado alguna vez.
Y allí es donde aparece el siempre inmenso Bill Murray, que interpreta al padre de Laura (Félix), un excéntrico pero adorable señor que ha dedicado su vida a la venta de obras de arte. Su profesión es la que lo ha llevado a verse siempre rodeado por personas de todo tipo, especialmente mujeres. Es Félix quien convence a su hija de que el affaire puede ser una realidad y quien la lleva de aquí para allá en Nueva York en búsqueda de la verdad. Haciendo uso de sus contactos, Félix aporta datos que Laura no conoce de su marido y es quien, en definitiva, mueve la historia.
Pero como es de suponerse, a medida que viven diferentes aventuras (algunas más disparatadas que otras), la historia pasa a girar en torno al vínculo padre – hija más que al de pareja. Sofía Coppola elige lugares significativos de Nueva York para las reuniones de Laura y Félix, siempre en algún restaurant o bar, siempre con gente alrededor. Es allí, en esas conversaciones íntimas en las que conocemos la historia real entre elles y los reclamos que Laura pueda tener como hija frente a un padre amoroso pero con muchas deudas que explicar.
Cuando el mensaje llega a través del humor pero también del dolor
Lo más interesante de la historia, además de ver a Nueva York desde diferentes perspectivas y momentos del día, es el hecho de que Sofía elige contar la historia de una mujer que podría llamarse a sí misma feminista pero que tiene las mismas dudas o preguntas que cualquier mujer. Laura es una profesional, inteligente y exitosa. Pero es en la travesía que emprende con su padre cuando se hace preguntas, se interpela a sí misma y a él. «¿Pueden los hombres ser monógamos?». Sabemos que la respuesta no es fácil para ningune de nosotres, y las respuestas de Félix no suman más que confusión y humor.
Así, mientras vemos las imágenes, nos permitimos pensar cuánto del feminismo y de la liberación femenina también es una obligación más con la que cumplir. Las poses y las reacciones ideales a tener. Cuánto de ello es lo que realmente nos hace más libres. Tal vez no hay una sola respuesta para esa pregunta. ¿Somos menos feministas por ser madres y disfrutar tener una familia? ¿Somos menos feministas si nuestra pareja vive un amor tranquilo y rutinario? ¿Lo somos por no animarnos a plantear aquello que pensamos o sobre lo que tenemos dudas?
Con una historia simple que nos podría llevar incluso a preguntarnos si vale una película, Sofía elige hacernos pensar sobre situaciones que muches de nosotres vivimos o hemos vivido alguna vez: el dilema de relegar la profesión o el deseo personal frente a los deberes familiares, el éxito en la pareja, la juventud y el paso del tiempo, el sentirnos fuera de todo, la inseguridad y la obligación de ser tolerantes o no cuestionarnos cosas que nos duelen o dolieron alguna vez.
Para empezar este año, «On The Rocks», como la bebida y como la vida misma, nos invitan a pensar, a descubrir nuestra historia personal, los obstáculos y miedos. A sabernos parte de una época en la que todavía quedan muchas cosas por seguir construyendo. A pensar en el amor de quienes nos rodean, en nosotres mismes.
Aquí les dejo el trailer subtitulado de la película para que puedan verlo:
Si deseas, también puedes leer este otro artículo en el que hablamos de directoras de cine, entre ellas Sofía Coppola. ¡Ojalá te guste!
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