Si de miedo se trata, la historia tiene mucho para contar. Cecilia nos invita a reflexionar sobre las hermanas Mirabal: Las mariposas dominicanas.
Si miramos a la historia buscando en ella momentos de terror y miedo podremos encontrar cientos de miles de ejemplos. El ser humano tiene la capacidad de enfrentar ese miedo y hacer algo para transformarlo. Hoy quiero hablarles en esta sección sobre la vida de tres hermanas que probablemente hayan sentido mucho miedo pero que eligieron conscientemente desplegar sus alas para elevarse sobre él y darle una muestra al mundo de lo que un pueblo oprimido es capaz: las hermanas Mirabal, las mariposas dominicanas.
Empecemos por el principio. Nos situamos en República Dominicana, esa isla caribeña que comparte su territorio con Haití y que es hoy en día uno de los paraísos del turismo internacional. Desde 1930 hasta la década del ’60 gobernó en estas tierras rodeadas de belleza uno de los personajes más oscuros de la historia latinoamericana: Rafael Leónidas Trujillo, dictador que asumió el cargo en 1930 y no lo entregaría (al menos en los hechos) hasta el día de su muerte, en 1961. Heredero de una tradición de gobiernos dictatoriales que asolaron a esta región del planeta a lo largo de todo el siglo XX, Trujillo tomó el poder para hacer de esta pequeña isla una tierra desolada, llena de muerte, presos políticos y censura. Nada nuevo bajo el sol. Pero tampoco es nuevo el espíritu de lucha que todos los pueblos latinoamericanos sintieron frente a quienes buscaban enriquecerse, quitar libertades, prohibir y hacer de la vida de los más humildes una miserable existencia. Dueño de un importantísimo patrimonio y de un prontuario de delitos entre los que contamos incluso violaciones y agresiones a menores de edad, Trujillo forjó su carrera militar y política a base de violencia, miedo y terror sembrado en una población que permanentemente miraba desde abajo sus delirios.
Entre lxd luchadorxs contra este régimen dictatorial caribeño encontramos a las protagonistas de nuestra historia: las hermanas Patria, Minerva y María Teresa Mirabal. Estas hermanas, nacidas en la región de Salcedo, al norte de la isla, pertenecieron a una familia en la que se incentivó desde siempre el estudio, el trabajo y el activismo social y político entendido como única forma de conseguir defender los derechos de cada ser humano. Las hermanas Mirabal poseían una fuerte identidad propia, habiéndose especializado cada una de ellas en una rama profesional distinta a consecuencia de sus gustos e intereses. De las tres, la más politizada tal vez por su profesión de abogada sería la del medio, Minerva, nombre que recibió en honor a la diosa griega de la sabiduría y la guerra. Y buena honra le hizo al nombre.
Las hermanas Mirabal, cada una a su modo y con sus posibilidades, empezaron a mostrar cada vez más descontento e impotencia ante una dictadura que limitaba las libertades de una sociedad empobrecida y que sólo buscaba perpetrar los crímenes más tremendos con tal de difundir miedo, paralización e indiferencia entre la sociedad. Estas tres mujeres no sólo hicieron frente a esa herencia que supuestamente, como parte de un pueblo oprimido, debían aceptar, sino que también supieron poner en duda aquella premisa de que la política era una actividad exclusivamente de hombres en la cual las mujeres poco y nada tenían que hacer. En conjunto con otrxs compañerxs con los que compartían la misma forma de ver la realidad y las esperanzas en un mundo con libertades y derechos para todxs, las hermanas Mirabal con Minerva y María Teresa a la cabeza, participaron en la década de 1960 de la fundación del histórico Movimiento Revolucionario 14 de Junio. Este movimiento se enfrentaría con fuerza pero desde la clandestinidad, a la tradición trujillista para intentar derrocarla y poner fin al sufrimiento.
Las dos más jóvenes de las Mirabal llevaron a cabo una consciente tarea de difusión de las ideas antitrujillistas, ideas de izquierda y revolucionarias que habían fundado al movimiento. Así, con la ayuda de sus compañerxs lograron extender su movimiento a todo el territorio dominicano. Como toda organización de izquierda clandestina de la época, el Movimiento 14 de Junio (que tomaba su nombre en honor a una expresión política anterior, heróica, que había intentado fallidamente atacar al régimen trujillista) llevó a cabo una tarea de guerrilla en la que la lucha armada era una necesidad permanente, y así lo entendieron quienes formaron parte de él, aceptando todos los riesgos que esto implicaba.
Como suele pasar con cada dictadura, Trujillo conocía muy bien a sus enemigos y las hermanas Mirabal eran unas de las más sentidas. Tanto Minerva como María Teresa pasaron vejaciones y detenciones en diferentes momentos de sus vidas. Fueron llevadas, juntas y por separado, a las famosas cárceles para «presos políticos» donde se torturaba al enemigo del régimen y a los sospechosos de intentar atacarlo. Pero ese mismo régimen, bajo fuertes críticas sociales, tuve que dejarlas libres aún siendo conciente de la infinita energía y convicción en la lucha de las hermanas.
Las tres hermanas sufrieron además la detención de sus seres queridos más cercanos: sus esposos. Una visita a la cárcel en la que los compañeros de las revolucionarias se encontraban presos fue el momento elegido por Trujillo para terminar con la vida de estas mujeres que le significaban muchos problemas. En una emboscada en la que el recorrido de las Mirabal y el acompañante conductor del vehículo, Rufino de la Cruz, fue interrumpido, las fuerzas armadas del gobierno dictatorial apresaron, torturaron y asesinaron a golpes a las tres hermanas para luego tirar sus cuerpos mutilados por un peñasco, simulando así un accidente automovilístico. El conductor también sufrió el mismo destino. Los reportes de quienes llevaron a cabo esta cruel venganza a la libertad establecen que Minerva, mientras sus hermanas yacían muertas a su lado en el vehículo, siguió luchando por su vida, agonizando hasta ser ejecutada por uno de los oficiales.
Luego de esta larga historia, nos queda por decir que las Mirabal, hermosos ejemplos de lucha, pudieron hacer frente al miedo que cualquier autoritarismo desea imponer. Probablemente lo hayan sentido en cada parte de su cuerpo, probablemente se hayan paralizado sus corazones y hayan también deseado que todo fuera más fácil. Pero jamás ese miedo las hizo abandonar su lucha, menos siendo concientes de su responsabilidad histórica y social. La sociedad dominicana asistió a la muerte de estas famosas luchadoras con enorme tristeza y aunque el miedo hizo una última aparición por sobre los espíritus del pueblo, las Mariposas (como se conoce a las hermanas por sus nombres clandestinos) pudieron tomar vuelo más alto, llevando consigo promesas de cambio, fuerza y lucha a todas partes de Latinoamérica.
«Si me matan, sacaré los brazos de la tumba y seré más fuerte» dijo una vez Minerva Mirabal. Y así lo hizo para toda la eternidad.
10 Comentarios
Me pareció muy interesante esta historia, son un ejemplo de todas aquellas mujeres que han luchado contra el totalitarismo en un país.
si no pude ver el nombre de la tercera hermana.. minerva..Maria teresa… ? o es Minerva, Maria y Teresa ‘
Dice: «Patria, Minerva y María Teresa Mirabal».
Patria, Minerva y María Teresa Mirabal.
yo tambien vi la pelicula, pero me dijeron que el libro es excelente copia fiel de la vida de esas tres valientes mujeres, me encanto el relato, sigan por favor incluyendo estos tipos de relato, para poder desarnarnos un poco mas, sobre este tipo de historias. gracias y sigan asi
Estupendo artículo Cecilia,me apasionan estas historias de luchadores sociales,esta semilla de libertad,de igualdad de justicia, germinará algun día en beneficio de la humanidad.divulgarlo,como en este caso ,es una necesidad moral!
Desde que vi la película llamada En el tiempo de las Mariposas basada en su vida quede fascinada con estas mujeres, desearia tener el libro de Julia Álvarez en mis manos. gracias por el articulo.
Hay una pelicula sobre estas mujerezas! Pero no recuerdo el nombre. 🙁
Por sí a alguien le interesa hay un libro de esta historia. Se llama «en el tiempo de las mariposas». Es muy difícil de conseguir pero vale la pena. Agradezco a mi profe de literatura de tercer año por haber hecho q leamos ese libro.
Una historia de la que no sabía nada. Estas tres hermanas parecen ejemplos a seguir, personas que luchan por libertades fundamentales y que la historia no se atreve a reconocer, son las autenticas heroínas. Me encanta que sigáis alfabetizándonos con esta gente que si fuese por los dictadores las relegarían al olvido. No paréis con la lucha a ver si conseguís que tengan su lugar y su reconocimiento en la historia y sus luchas hayan servido. Saludos